COLUMNISTAS
hermanos

El hot dog de Beck

default
default | Cedoc

Mi amigo Pablo Strozza, Campeón Mundial de Twitter reconocido por la Asociación y el Consejo, emitió un tuit mucho antes de que este sistema virtual existiera. Fue después de la presentación de Beck Hansen en Buenos Aires, en el hipódromo de Palermo. Me dijo: “Cuando Beck empezó a tocar Loser, me fui a comer un pancho”. Loser es una canción emblemática de Beck y Strozza lo repudiaba parándose a comer mientras éste la tocaba. No sé por qué no le gusta Beck. Creo que muchos de nosotros tendríamos que ponernos a pensar qué lugar ocupa en nuestra vida lo que no nos gusta.
Cuando Beck sacó Sea Change, Strozza volvió al ataque: “Es un robo a Nick Drake”, me gritó. Yo creo que escuché Sea Change casi todos los días, por las mañanas, mientras desayunaba. Es un disco mántrico, maravilloso. Y posiblemente sea un robo a Nick Drake, pero al estilo de Robin Hood. Saca a Drake de un lugar sofisticado y lo expande en medio del pop. Pasaron los años, Beck se separó de su pareja, se lastimó la espalda, estuvo convalesciente, se hizo miembro de la cientología, que es una forma de confirmar que la ciencia ficción y la religión se influencian mutuamente. Y publicó, hace poco, un nuevo disco, Morning Phase. Creo que a Pablo no le va a gustar. Es como un hermano menor de Sea Change, tiene cosas de Drake, de nuevo y hasta hay un tema que podría ser de Simon y Garfunkel. Es un disco hermoso. Sea Change y Morning Phase son como esos hermanos que conocemos en la secundaria, uno está en primero y el otro está en segundo. Son parecidos, pero uno les gusta a las chicas y el otro les gusta a los hombres. Uno es salvaje, el otro es afeminado. Uno está siempre bien vestido, el otro se viste a la que te criaste. Pero viven juntos, comen en la misma mesa, tienen los mismos padres, ¿cómo puede ser?