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El karma de todos

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El dólar de 17 a 40 pesos de Macri en 2018, tiene la misma dinámica del de 220 a 330, de Batakis. | Shutterstock

Una ilusión de los dos campos políticos dominantes es creer que vencieron al oponente porque ganaron las elecciones. Y no alcanzan a ver que el verdadero oponente es común a ambos. Se repite que el problema económico argentino no es económico, sino político. El problema es aún más complejo, es cultural. El karma de todos es (simbólicamente) el dólar. Creer que la actual corrida cambiaria es por la derecha que quiere desestabilizar al Gobierno se contradice con la historia: las estampidas hacia la compra de dólares casi a cualquier precio le sucedieron tanto a Macri en 2018/2019, como a Alberto Fernández ahora. 

La falta de lógica matemática que tenía que el dólar que costaba 17 pesos en  diciembre de 2017 pasara a costar 40 pesos medio año después, es la misma que tiene que el dólar paralelo que costaba 220 pesos hace dos semanas, pasase a costar este viernes 330 pesos, 50% más. La lógica económica explica que frente al aumento del precio de un bien, baja la demanda del mismo. El precio del dólar invierte ese orden: cuando comienza a subir, más personas quieren comprar  porque suponen que va a seguir subiendo. 

Es que no se trata de un fenómeno solo económico sino, en parte, comunicacional. El sociólogo Robert Merton (su hijo obtuvo el Premio Nobel de Economía  en 1997) estudió el efecto de la profecía que se autorrealiza partiendo del Teorema de Thomas (William Thomas, otro sociólogo norteamericano de la primera mitad del siglo pasado) que prescribe: “si una situación es definida como real, esa situación tiene efectos reales.”

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El dólar de 17 a 40 pesos de Macri en 2018, tiene la misma dinámica del de 220 a 330, de Batakis 

El ejemplo clásico de la circulación de rumores, originalmente infundados, sobre un banco que está próximo a quebrar y termina quebrando, tiene su origen en el caso que tomó Robert Merton, el del Last National Bank en 1932 cuando sus clientes alarmados frente a los rumores retiran todos sus depósitos. También la novela Traficantes de dinero de Arthur Hailey describe cómo el comportamiento de los primeros clientes de un banco, es imitado por los siguientes, produciendo un retiro en masa.

Robert Merton  escribió: “La parábola nos dice que las definiciones públicas de una situación (profecías o predicciones) llegan a ser parte integrante de la situación y, en consecuencia, afectan a los acontecimientos posteriores.”

Es cierto que el rumor debe ser verosímil para generar efecto de realidad. Nadie creería un rumor sobre la quiebra de la Reserva Federal de Estados Unidos, pero en un país con la historia de devaluaciones y superinflaciones de la Argentina, casi cualquier rumor puede lucir verosímil.

El viernes las redes sociales recordaron con múltiples memes el pronóstico del legislador del PRO de la Ciudad de Buenos Aires, Roberto García Moritán, el año pasado diciendo que el dólar llegaría a 400 pesos por efecto de la emisión del plan platita electora. Subió de 170 en las PASO a 215 en enero para bajar en abril de 2022 a 190 pesos, el mismo valor que durante las elecciones de noviembre, medio año antes. El propio García Moritán entrevistado por La Nación+ el mismo viernes dijo: “El dólar a $ 400 lo lamento muchísimo, porque es un símbolo de que fracasamos todos” como si su pronóstico se hubiera cumplido. 

A largo plazo “todos estaremos muertos” sostenía John Maynard Keynes, por lo que  esperando el tiempo necesario el dólar llegará a 400 pesos. No sería imposible que quien compró dólares a 330 pesos (hasta hubo operaciones a 350) pueda perder dinero si en un par de meses bajara de 330 a 280, como ya bajó después de un poco de subida a comienzos de año. Pero, aún así, con solo esperar unos meses sus dólares volverán a valer los 330 o más, retroalimentando la idea de que quien apuesta al dólar “nunca pierde”. 

La historia sumada a los medios, la oposición y los errores del Gobierno crean el síndrome

El fatalismo económico argentino es filogenético: tantas crisis acumuladas permiten que cualquier señal despierte la memoria colectiva de catástrofe. La lógica del periodismo (no solo de Argentina, sino en todas partes) hace que siempre genere más interés una noticia negativa que una positiva, orientando la agenda de los medios en la búsqueda de captar audiencia con crisis. Nuestra historia, la lógica de los medios, más los desaciertos del Gobierno y el esperable aprovechamiento de una parte de la oposición, contribuye a crear las condiciones de posibilidad de una tormenta perfecta.

Robert Merton explicaba que las personas nos comportamos en función de la percepción y del sentido que interpretamos tiene una situación, y no a su realidad objetiva. La psicología de la paranoia también produce su propia profecía autocumplida. El ejemplo típico es el del paranoico quien viendo una persona que camina por la misma vereda en sentido contrario sospecha que viene a pegarle, para defenderse le pega primero, la persona devuelve la agresión y el paranoico confirma que venía a pegarle.

El sesgo de confirmación es otro aliado de la profecía autocumplida, como en el caso de García Moritán, funciona el “te lo dije”. El sesgo contribuye a tratar un asunto de forma que encaje con muestra creencia.

El resultado opuesto (positivo) de la profecía autocumplida es el efecto Pigmalión por el cual la persona obtiene lo que se proponía, en gran medida, gracias a la seguridad que le produce haber creído que podía conseguirlo. Pigmalión era un escultor griego, enamorado de una de sus esculturas femeninas de nombre Galatea. En la mitología griega Pigmalión trataba a su escultura como si fuera una mujer de verdad y de tanto creerlo, Galatea terminó cobrando vida. 

Nuestras expectativas sobre los hechos futuros contribuyen a que ocurran, la ministra Batakis no lucha contra el mercado, los desestabilizadores, la derecha o los deseos de la oposición de jibarizar electoralmente al Frente de Todos. Lucha contra las expectativas de muchos votantes incluyendo también a los del Frente de Todos.