La necesidad de proyectar certezas en un escenario electoral abierto es la base de las negociaciones que llevan adelante el oficialismo y la oposición para fortalecer las sociedades que consolidaron. Cambiemos y el kirchnerismo dependen ahora de atraer los restos del espacio del centro que antes contribuyeron a implosionar. Con tiempo hasta la hora cero del día 12, cierto dramatismo a las negociaciones lo aporta el efecto más crudo de la polarización y no el plazo de inscripción legal de esos acuerdos. Las vacantes en las listas de candidatos son limitadas.
Una insalvable debilidad original en los intentos de constituir la tercera vía les facilitó la obra. Ninguno de los aspirantes a esa representación hizo pie en la provincia de Buenos Aires que concentra el 38 por ciento del total de los electores. Lo que equivale a una influencia determinante en el resultado final. Juan Schiaretti le confesó a Mauricio Macri esa debilidad de Alternativa Federal y le pidió auxilio para subsanarla. El gobernador de Córdoba le propuso adherir a la lista con la que María Eugenia Vidal irá por la reelección.
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El Presidente habilitó el dialogo con la gobernadora. Si AF concretase una alianza electoral con Vidal en la Provincia, Macri no debería emitir un decreto para modificar la prohibición a las colectoras dispuesto por el 259. Una contorsión compleja para obtener una ventaja. Al diminutivo de esa palabra apela para aludir de forma despectiva a las conductas contradictorias de Sergio Massa. La comparación sería inevitable. Especialmente para Massa, al que la dinámica de los acontecimientos coloca en el centro de todas las especulaciones.
Massa exige a los K controlar la AFIP, la Anses y la presidencia de la Cámara de Diputados si ganan.
Alternativa Federal prevé reunirse pasado mañana para evaluar esa posibilidad. Le facilitaría a Schiaretti disimular el fracaso de lograr que los gobernadores peronistas se pronuncien contra Cristina Fernández de Kirchner. Y el ruido ocasionado por Roberto Lavagna. Un cuerpo casi ajeno al sistema político, pero sostenido en sus bordes más polémicos: Luis Barrionuevo. La racionalidad de Miguel Pichetto daría una salida elegante. El acuerdo como anticipo de lo que ocurriría en un eventual ballottage. Negarle respaldo a la ex presidenta. La incógnita es si Massa asistirá al encuentro.
Acuerdos. El líder del Frente Renovador mantiene negociaciones con el kirchnerismo y bajo suspenso las pendientes con Cambiemos. Las primeras parecen obstruidas porque Alberto Fernández no logra que Cristina le traslade la facultad de indultar dirigentes con la que lo benefició al convertirlo en candidato a presidente. Máximo Kirchner y La Cámpora resisten esa instancia para Graciela Camaño y Diego Bossio.
Ninguno de ellos puede estar en los dos lugares ofrecidos en la lista de diputados nacionales bonaerense que encabezará Felipe Solá. Con Máximo en el tercero por la ley de paridad, Massa o quien disponga ocuparía el quinto puesto. Tigre constituye un problema adicional. Julio Zamora logró que Fernández le garantice competir por la reelección con la boleta que encabezará el ex jefe de Gabinete.
El intendente de Tigre reservará a Massa un lugar en la lista de concejales a la espera de la cláusula más exigente que le impone el kirchnerismo.
Tiene tiempo hasta las 19 de mañana para expresar públicamente su adhesión a la fórmula presidencial. Es el requisito para continuar las conversaciones. A cambio, exige controlar la AFIP, la Anses y la presidencia de la Cámara de Diputados si los Fernández ganasen las elecciones.
A Cambiemos, Massa le reclama solidaridad para derrotar a Zamora con la candidatura de Malena Galmarini. Para eso necesita que la lista del oficialismo sustituya a Segundo Cernadas por su esposa, que figurará también en la del Frente Renovador. Eso y la garantía de renovar mandatos para seis diputados y dos senadores provinciales, es lo que exigiría para adherir a la candidatura a gobernador de la dirigente más valorada por la opinión pública.
Pero por ahora es una especulación. Con Vidal de visita oficial en Colombia, evitó el contacto con Federico Salvai: la gobernadora delegó en el jefe de Gabinete esa gestión. Acostumbrado a la negociación legislativa con el licenciado Manuel Mosca, Massa no termina de asimilar el estilo expeditivo de Salvai. Es probable que aguarde el regreso de Vidal para dar a conocer sus demandas.
Más difíciles de satisfacer para el kirchnerismo son las de los intendentes peronistas del Conurbano, desairados con la elección de Axel Kicillof de candidato a gobernador. Las expresiones de malestar no obedecen a un plan sistemático pero ganan terreno. El martes 4 Martín Insaurralde se ausentó del mitín en el teatro municipal de Lomas de Zamora, cedido al Suteba por pedido de Cristina para el cierre de los foros de Educación. Una iniciativa dispuesta a contrarrestar las mesas de discusión habilitada este verano en las escuelas por el ministro del área, Gabriel Sánchez Zinny.
Rebelión. El intendente resolvió no compartir escenario con Roberto Baradel. Ni tampoco difundir la actividad protocolar que cumplió con Victoria Donda al día siguiente. Donda aspira a reelegir como diputada por el kirchnerismo de la Capital. Esos actos de desobediencia tuvieron su réplica en Morón. Gustavo Menéndez, Alberto Descalzo, Juan Zabaleta y Walter Festa no asistieron a la peña de la unidad convocada por Martín Sabbatella el fin de semana pasado. Los intendentes de Merlo, Ituzaingó, Hurlingham y Moreno, fueron recibidos también el 4 por Ramiro Tagliaferro, en el Palacio Municipal.
Sabbatella aspira a que esos jefes comunales avalen la candidatura del ex intendente Lucas Ghi contra la de Tagliaferro y que lo respalden como diputado provincial. Descalzo, Menéndez, Festa y Zabaleta son aliados en la Primera Sección Electoral de Insaurralde, a quien reconocen como líder en la Tercera Sección. Entre las dos concentran casi nueve del total de 12 millones de votos en la provincia de Buenos Aires.
Una zona que Kicillof tal vez presuma hostil. Hasta ahora evitó encuentros con esos alcaldes. ¿Será recibido si lo pide Cristina? Pese a ser el anfitrión en Merlo del primer acto oficial de la fórmula presidencial, La Cámpora rechaza indultar a Menéndez. También a Fernando “El Chino” Navarro, convertido en la sombra de Alberto Fernández. Sobre ellos, entre otros, pesa la misma desconfianza que con Massa. Un clima en el que varios intendentes peronistas están inclinados a desear un triunfo de Cambiemos en la provincia de Buenos Aires. Un inesperado lado B del plan V.