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El nómade incómodo

¿Quién habrá sido Witold Gombrowicz? Un amigo mío, Fafa, tenía sus libros.

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¿Quién habrá sido Witold Gombrowicz? Un amigo mío, Fafa, tenía sus libros. Era mediados de 1990. Yo nunca lo había oído nombrar. Y eso que estaba rodeado de amigos que escribían y leían y que la literatura era un camino que me había decidido a transitar hasta donde me dieran las fuerzas. Pero Gombrowicz, que había vivido en mi país casi veinte años desde que había llegado en un barco procedente de Polonia, me era un desconocido.

Algo de ese anonimato forma parte de la manera en que ciertos autores llegan a nuestra vida: no amplificados por los aparatos editoriales, sino por el boca en boca. Leí de un tirón el Diario argentino que había publicado Sudamericana. Su comienzo, impactante, me lanzó a leer todo lo que escribió Gombrowicz, incluso la lista de las compras: “Rugido de sirenas, pitidos, fuegos de artificio, corchos que saltan de las botellas y el tremendo ruido de una ciudad en plena conmoción. En este minuto entra el Nuevo Año 1955. Voy caminando por la calle Corrientes, solo y desesperado”. Vaya a saber cuántos momentos de profunda soledad vivió Gombrowicz en nuestro país.

Gombrowicz era un contemporáneo: es decir, aquel que nos ayuda a pensar precisamente porque no piensa como nosotros, el que señala los agujeros negros dentro de nuestras zonas de confort. Acabo de leer un libro muy bueno de Nicolás Hochman, que se llama Incomodar con estilo y que habla del exilio de Gombrowicz en nuestro país; creo que es una gran introducción para leer al polaco que estaba acá antes que Deyna, Lato y Mazurkiewicz.