Este ombudsman no tiene la menor intención de minimizar, buscar justificativos inconsistentes o rebuscar eufemismos para explicar un error de gravedad que ha cometido en su columna del domingo 15 (http://www.perfil.com/columnistas/benetton-mapuches-y-periodismo.phtml). El lector Rufino Odriozola expone esa confusión de datos en la que incurrí, con su mail publicado en la página anterior: al intentar dar una mayor claridad a cifras que suelen ser áridas para los lectores, hice un paralelo entre los centenares de miles de hectáreas que posee la empresa controlada por la firma italiana Benetton en el sur y otras regiones del país, y la superficie de la provincia de Buenos Aires, comparación por cierto absurda: eran hectáreas (en el caso Benetton) y kilómetros cuadrados en la provincia (cada km2 equivale a 100 hectáreas). Idéntico procedimiento erróneo seguí al hacer un paralelo entre la estancia Leleque (centro del conflicto con el pueblo mapuche) y la provincia de La Rioja.
No me queda otro recurso que apelar a la buena voluntad y comprensión de los lectores, asumiendo en plenitud mi responsabilidad y pidiéndoles disculpas por tan malhadada referencia. Buena voluntad y comprensión para quien se define como el defensor de los lectores y a quien –es natural que así sea– se debe exigir mayor rigor a la hora de administrar información y redactar sus textos. Y disculpas, en lo posible y querible, porque también el ombudsman comete errores (también gruesos, como éste) aunque parezca amiantado.
Recuerdo una anécdota de la década del 80, cuando quien esto escribe ocupaba la secretaría general de redacción del diario La Razón, un vespertino tamaño sábana. El título a ocho columnas (todo lo ancho) en la tapa, con tipografía mayor que la habitual, rezaba: “Devaluaron el dólar”. Por supuesto que debió decir “devaluaron el peso”, pero el apuro en el cierre hizo pisar el palito al responsable de ese título, que solemos atribuirnos quienes estábamos a cargo de la tarea de cerrar la portada.
Eso fue, por cierto, grave. Esto no lo es menos.
Aguer. La segunda carta de la misma página, que firman integrantes de la Mesa Institucional Regional (MIR) del Gran La Plata, cuestiona la información aportada por el redactor Aurelio Tomás el sábado 7 de enero acerca de la relación entre esa organización y sus componentes con el arzobispo de La Plata, Héctor Aguer. En respuesta, Tomás expuso su posición: “Ratifico de mi parte todo lo expuesto, pero no puedo contar cuáles fueron las múltiples fuentes en las que basé mis afirmaciones.
Sí puedo aclarar que cuentan con cargos y responsabilidades que respaldan sus dichos y que fueron coincidentes. Sin embargo, en vistas de que parece ser el problema central el dato de monseñor Aguer como “convocante”creo que es suficiente remitir a la siguiente frase publicada por el propio Arzobispado en su página: “En dos ocasiones anteriores, el Arzobispo, Mons. Héctor Aguer, había convocado ya a un encuentro de similares características; con el objeto de ofrecer al gobierno provincial sugerencias para la creación de trabajo genuino, lo más pronto posible, mediante una reactivación de las pymes” (http://www.arzolap.org.ar/2016/12/acordaron-en-el-arzobispado-mesas-de-trabajo-para-promover-la-produccion-en-la-provincia-de-buenos-aires/).
Violaciones. Vuelvo a insistir en la necesidad de cumplir, en todas las secciones del diario, con dos conductas impuestas por la práctica del buen periodismo y –taxativamente– por el manual de estilo de PERFIL Cómo leer el diario:
- Una de ellas tiene que ver con las firmas en cada material que sea publicado. Desde la génesis misma de este diario, quedó claramente explícito que todo texto superior a mil caracteres debe estar encabezado por nombre y apellido del autor o autores, sean éstos del plantel estable de redacción o colaboradores. La razón es dar a los lectores una clara señal de que quien escribe se hace cargo públicamente de lo que escribe, de su contenido y afirmaciones. Este ombudsman vuelve a reclamar a los editores que esto sea respetado sin excepciones, y reitera que: a) las notas superiores a mil caracteres deben ir firmadas con nombres y apellidos completos o –como excepción– por las iniciales cuando se trate de notas secundarias u otras publicadas en la misma doble página por el autor.
- La otra está relacionada con los viajes por invitación. Este ombudsman vuelve a reclamar que la condición de tal (por ejemplo, la invitación de Disney a Los Angeles para la nota publicada ayer en Espectáculos sobre la película Moana) quede consignada en algún espacio del artículo o en recuadro aparte. Para los editores, recomiendo releer el artículo 20 del Código de Etica (páginas 47 y 48 de Cómo leer el diario.