Cambiemos asiste con alarma a un efecto inesperado de la polarización con Cristina Fernández de Kirchner. La sorprendente mansedumbre con que se someten a ella la mayoría de intendentes PJ del GBA. Inquietud traducida en la asistencia, cuanto menos espiritual, ofrecida a los que resisten junto a Florencio Randazzo en exigir PASO para resolver candidaturas.
Ese error de cálculo deriva a otro. Si CFK es candidata, hay riesgo de nacionalizar la campaña para una elección que se resolverá en la provincia de Buenos Aires. Lo que amenaza licuar parte del potencial en imagen positiva de María Eugenia Vidal. Activo principal del oficialismo para obtener un resultado favorable.
Algunos funcionarios cayeron en otra perplejidad por la respuesta recibida al indagar entre los responsables de esa conducta. Incluidos los más poderosos de la Primera y Tercera Sección Electoral que concentra dos tercios del padrón bonaerense, la mayoría simpatiza con una candidatura a senador nacional de Randazzo. Pero no están dispuestos a facilitar la aparición de un liderazgo similar al de Cristina.
Prefieren aguardar el desgaste que le provocaría el proceso electoral si ella se postula. Deseo latente en otro expresado por Martín Insaurralde: verla en el Congreso. No es casual que todos los de la Tercera coincidieran con el intendente de Lomas de Zamora en la reunión del PJ del 31 de mayo. Entre ellos, Verónica Magario y Jorge Ferraresi.
Parte de los fieles convocados por CFK después de que Insaurralde y los suyos vaciaran el mitin organizado por su hijo Máximo con la presencia de Amado Boudou, Gabriel Mariotto, Luis D’Elía y Martín Sabbatella como excusa. La de La Matanza estuvo en el acto y el de Avellaneda fue quien los invitó.
Percance disimulado por un interés superior: disputar con La Cámpora el liderazgo de la renovación peronista. La amenaza de tener a Cristina de juez y, quizás, parte, obliga al trío a postergar diferencias en una ambición común. Ser electo entre sus pares como candidato a gobernador.
El de Avellaneda pareció tomar ventaja esta semana por Julián Alvarez. El monopolio del padrinazgo sobre Jorge Candis para evitar el juicio político al juez Eduardo Freiler, precipitó la ruptura del ex viceministro de Justicia con La Cámpora que pretendía compartir tutela en esa minoría intensa del Consejo de la Magistratura. Alvarez, y por añadidura, Candis reportan al intendente desde antes del rechazo al dictamen contra Freiler.
Llamados. Ferraresi fue una excepción a los llamados de intendentes recibidos por Randazzo: algunos impensados, como el de Walter Festa (Moreno). La insistencia con Primarias en las que no tiene posibilidades es la principal fortaleza del ex ministro de Cristina, sorprendido del extraño fenómeno con el que gana tiempo para idear una opción distinta a las que le presenta la actualidad.
Lo que explicaría el leve trastorno de personalidad cuando atiende a jefes comunales. “Responde con la humildad que le sale”, describen los propios allegados. Parece estar más cerca de eludir ser víctima de las fricciones entre La Cámpora y los intendentes que de evitar ser rehén de ellos o de los sindicatos que lo respaldan: UOM, Smata y Sanidad.
El de los gremios es un tema sensible en aventura electoral si, se supone, solventarán el financiamiento. Hay tensiones preventivas. Héctor Daer veta a Francisco “Barba” Gutiérrez por la cercanía a Antonio Caló. La UOM cerró paritarias sin aplicar las tenues medidas de fuerza anunciadas. Raúl Torres, tesorero de los metalúrgicos, fue disimulado en la numerosa comitiva oficial de Mauricio Macri en la gira por España.
Ricardo Pignanelli haría lo propio con la reelección del diputado Oscar Romero antes de excluirlo de la conducción de Smata por privilegiar la relación con Diego Bossio como jefe del bloque disidente PJ en el Congreso. Bossio está a un paso de Sergio Massa, a quien abandonó Daer para acompañar a Randazzo: Daer tiene diálogo estrecho con el titular de los mecánicos.El lunes Pignanelli invitó al presidente a inaugurar un centro asistencial en Mataderos. Su obra social arrastra un déficit operativo de 300 millones de pesos. “La política se acabó para nosotros” confía quien fue uno de los sindicalistas más allegados a CFK. A eventuales revelaciones de Odebrecht se atribuye que los más cercanos al Gobierno luzcan abstraídos. ¿Serán los carpetazos aludidos por Cristina? Nadie sabe.
Gesto. Desde hace un mes Wado de Pedro insiste en la necesidad de un gesto de Randazzo y los sindicalistas para confirmar que no será candidata. Si la ambigüedad en los dos encuentros mantenidos con los intendentes justificaba prevenciones, el fallido de Wado de Pedro en la reunión del PJ las fortaleció. Apeló a la situación de Martín Lousteau en Cambiemos para dar garantías de que primará la unidad. La ex presidenta mandó a reunir avales después que Randazzo presentara los suyos para las PASO.
Hay temor a que la sobreactuación del simulacro escape de control y no haya otra salida que realizarlas. Es el precipicio mostrado por Cristina en su larga exposición de C5N donde no descartó ser candidata. Difícil que el ex ministro y los gremialistas accedan a entrevistarla por temor a interpretaciones incómodas. La experiencia de los intendentes es citada como antecedente. Curioso: es lo que esperan que Randazzo haga con ellos.
La indefinición condiciona las candidaturas de Cambiemos. Pero no la de Sergio Massa que liderará la lista de senadores por el Frente Renovador. Massa especula con el beneficio a obtener si los resultados de los comicios fuesen la proyección que anticipan los sondeos y no resulta electo. Quedaría librado de sostener en primera línea la iniciativa parlamentaria de su fuerza y se dedicaría a reconstruir su inserción territorial. Precisa para eso ratificar el piso de votos del 2015. Es lo que explica su candidatura.
En las previsiones del peronismo, las negociaciones en las que se resolverá el futuro inmediato comenzarán recién a partir del 20 de junio. Será en las vísperas del invierno: el paso del otoño en el PJ será inocultable.
*Analista político.