El World Economic Forum estima que el 65% de los niños que ingresan actualmente a la escuela primaria tendrán en el futuro trabajos que hoy no existen. La mayoría trabajará directa o indirectamente con tecnología. De hecho, según un relevamiento reciente de la plataforma LinkedIn, de creciente influencia en el mundo de las búsquedas laborales, los trabajos más solicitados en la actualidad, y donde mayor brecha existe entre las capacidades de la fuerza laboral existente y las demandas del mercado del trabajo, ya responden a esta consigna: ingenieros en software, expertos en inteligencia artificial, científicos de datos, especialistas en redes sociales, en marketing digital. Roles que no existían, o revestían características y habilidades completamente diferentes a las actuales, un par de décadas atrás cuando iniciaron su educación formal los adultos jóvenes que hoy se incorporan al mercado de trabajo profesional.
Completando el cuadro de situación, según un executive briefing del McKinsey Global Institute publicado en mayo del año pasado, los cambios en el mercado del trabajo generados por la transformación digital de la economía han perjudicado a los trabajadores con habilidades medias y bajas, pero han creado nuevas oportunidades para aquellas personas con educación universitaria y habilidades informáticas. Cada vez hay más tareas que antes realizaban personas que hoy se resuelven con tecnología. Esto reduce las oportunidades laborales de personas de baja calificación, que realizan una cantidad desproporcionada de tareas rutinarias que son candidatas ideales para la automatización de la mano de la informática y la robótica. Por el mismo proceso, cada vez hay más oportunidades para personas que saben de tecnología, pueden usarla, o entienden ese borde crítico que es la interface entre las soluciones tecnológicas y el trabajo de los equipos de personas en las organizaciones. El mismo estudio de McKinsey estima que aproximadamente el 60% de todas las ocupaciones actuales tienen al menos un 30% de actividades que son técnicamente automatizables.
Así como la revolución de la imprenta hizo necesario en su momento que la población adulta aprendiera a leer y escribir para poder tener un rol productivo en el mundo del trabajo, lo mismo está pasando en la actualidad, de la mano de la revolución digital, con el pensamiento computacional y la informática. Detrás de todos y cada uno de estos desarrollos están los algoritmos, el lenguaje de código. Para pensar la economía moderna aparecen nuevas preguntas fundamentales: ¿Qué clase de problemas resuelven mejor las personas, que son difícilmente sustituibles por máquinas? ¿Qué clase de problemas, por el contrario, se resuelven mejor con una solución informática? ¿Qué es el lenguaje de código? ¿Cómo pensar y estructurar computacionalmente un problema?
El futuro demandará expertos en tecnología, pero mucho más lo que se ha dado en llamar “translators” o traductores: personas con un conocimiento técnico básico, pero complementado con una formación general de negocios, y habilidades de comunicación y liderazgo de equipos. Profesionales que entiendan dónde y cómo la tecnología puede implementarse para resolver problemas. Que permitan conectar los equipos técnicos con las necesidades estratégicas de la organización.
El futuro más brillante del trabajo en la empresa será de los “translators”, estos conectores capaces de entender las posibilidades detrás de las soluciones digitales y la analítica de datos. Las generaciones jóvenes deberán formarse en estas áreas por millones para cubrir los requerimientos del mercado.
*Directora del Departamento de Dirección de Empresas de la Universidad del CEMA.