El 18 de enero de 2015 falleció Alberto Nisman, quien fuera designado Jefe de la Fiscalía Especial AMIA por el presidente Néstor Kirchner en 2004. La muerte de Nisman se produjo un día antes de su presentación en el Congreso de la Nación, invitado por Patricia Bullrich y Laura Alonso, para exponer sobre su denuncia de encubrimiento por el Memorándum de Entendimiento firmado entre la Argentina e Irán el 28 de enero de 2013. Los cinco años transcurridos solo han servido para distorsionar los hechos, cruzar acusaciones sin vislumbrarse el menor atisbo de cooperación para esclarecer la desaparición. La muerte se convirtió en una batalla que envolvió a todo el espectro político.
El origen de este enfrentamiento fue el Memorándum de Entendimiento con Irán estableciendo una Comisión de la Verdad y la posibilidad de que jueces argentinos pudieran interrogar a los acusados del atentado en territorio iraní. El debate en el Congreso de la Nación para la ratificación del Memorándum puso de manifiesto las discrepancias. Mientras los miembros afines al gobierno de entonces se dedicaron a ensalzar los esfuerzos del Poder Ejecutivo para salir del impasse jurídico provocado por la negativa de Irán de extraditar a los acusados por el atentado a la AMIA, Ricardo Alfonsín, Victoria Donda y Margaria Stolbizer se encargaron de desmenuzar las falencias y las contradicciones de la presentación efectuada por el canciller Héctor Timerman asesorado por la representante legal de Cancillería Susana Ruiz Cerruti.
El gobierno argentino no podía desconocer que la firma del Memorándum tendría repercusiones más allá del tema AMIA. El régimen iraní promovió acciones terroristas en terceros países contra la comunidad judía a través de sus organizaciones paralelas como represalias por el conflicto en Medio Oriente, y en particular por los enfrentamientos entre Israel y Hezbollah en El Líbano. La Justicia argentina ordenó la detención de altos dirigentes iraníes incluyendo Imad Mughniyeh, segundo en la jerarquía de Hezbollah, quien fue sindicado como organizador de los atentados contra la Embajada de Israel en 1992 y la AMIA en 1994. Mughniyeh fue eliminado el 12 de febrero de 2008 en Damasco.
La presidenta Kirchner y el canciller Timerman confiaron en el régimen iraní a pesar de que durante los 20 años transcurridos no hubo ningún atisbo de colaboración o debían tener la seguridad fundada en motivos que se desconoce de que el Memorándum sería cumplido a pesar de la oposición en el ámbito interno. El presidente de Irán en ese entonces era Mohamed Ahmadinejad, un personaje conocido por sus posiciones extremistas, sus invectivas contra Estados Unidos e Israel y negador del Holocausto. Ahmadinejad fue reemplazado por Hassan Rouhani en agosto de 2013.
El acercamiento con Irán formó parte de una política exterior donde se acentuó el distanciamiento con los Estados Unidos, una aproximación con Rusia y China y el fortalecimiento de las relaciones con Venezuela, Cuba y Bolivia. La vicepresidenta Kirchner tiene una visión negativa sobre los Estados Unidos identificándolo con el FMI, los fondos buitre, el neoliberalismo y saqueador de recursos naturales y así está expresado en las publicaciones del Instituto Patria. Esta posición crédula donde el enemigo de mi enemigo es mi amigo, no alcanza para justificar las acusaciones de encubrimiento o traición. La Argentina nunca rompió relaciones diplomáticas con Irán.
La muerte de Nisman nunca podrá aclararse mientras siga dependiendo de categorías ideológicas. Las pericias en poder de la Justicia determinaron que fue un homicidio; esta posición es interpretada como un aval a los Estados Unidos e Israel mientras que el suicidio simbolizaría la prueba del fracaso de demonizar a Irán y el Memorándum. Los intentos de intervenir con argumentos políticos, suposiciones o hipótesis en las decisiones de la Justicia solo servirán para repetir los errores del pasado y confirmar la degradación acelerada de la división de poderes, y ésta vez, sin que haya un tercero a quien culpar.
*Diplomático.