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El rol del BID en los temblores económicos

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Esta semana se festejaron en Washington los 60 años del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), que se constituyó, en 1959, a partir de los acuerdos fundamentales que se dieron en el marco de la Organización de los Estados Americanos (OEA). El BID, primer banco de desarrollo de América Latina y el Caribe, fue adaptándose para brindar respuestas cada vez más eficaces  a las necesidades emergentes de nuestros países.

El BID nació en años en que Latinoamérica tenía como prioridad la lucha por el desarrollo, de la mano de la industrialización, y confiaba en que se estaba cerca de pegar el salto y cerrar la brecha con los países centrales. El decidido apoyo de EE.UU. a la creación del banco fue una muestra clara del cambio de su visión respecto de su relación con la región, que terminaría de plasmarse con el lanzamiento  de Kennedy de la Alianza para el Progreso como programa continental, en agosto de 1961.

En la génesis del banco estuvieron presentes dos elementos claves: el apoyo a los primeros esfuerzos de integración comercial de los países de la región, América del Sur con la Alalc (Asociación Latinoamericana de Libre Comercio) y la firma del Tratado General de Integración Económica Centroamericana, ambos en 1960, y la configuración de mercados ampliados como forma de promover nuevos caminos para acelerar la industrialización.

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El BID fue un actor clave de la prosperidad que la región vivió durante los años 60. Durante esos primeros años el BID financió gran parte de la infraestructura social de la región con foco en los sectores de agua y saneamiento, salud, educación y desarrollo rural. Existía una división de tareas implícita con el otro gran banco multilateral, el Banco Mundial, que se ocupaba del financiamiento de los proyectos de infraestructura económica.

La crisis de la deuda de los años 80 determinó la necesidad de desarrollar instrumentos como los Policy Loans (créditos de política) que ayudaran a paliar las crisis de balance de pagos y de deuda otorgando financiamiento en moneda dura a las tesorerías a cambio de modernizaciones de políticas. En estos tiempos comenzó una necesaria mayor coordinación de las intervenciones del BID con el resto de los organismos de Washington: el FMI y el BM.

Si bien desde sus orígenes el BID tuvo abierta la posibilidad de financiar al sector privado, es decir de otorgar financiamiento sin garantía soberana, fue desde mediados de los 90 que comenzó a cobrar más significancia este tipo de operaciones. En los últimos años el Grupo BID ha vivido una profunda transformación, con el realineamiento de las funciones de los tres miembros del grupo: el banco para atender las operaciones con garantía soberana, Bid Invest como ventanilla para los proyectos del sector privado y Bid Lab como laboratorio de innovación en materia financiera, productiva y de conocimiento.

El extenso y exitoso ciclo institucional del presidente Moreno deja al Grupo BID como el multilateral con mayor presencia en América Latina y el Caribe, tendencia destinada a crecer en la medida en que los otros multilaterales focalicen sus intervenciones en otras regiones del mundo.

El significado del BID para la región, su presente y su historia se puede sintetizar en tres palabras claves:

Acuerdos. En esta época de cambios e incertidumbres profundas, como no había vivido el mundo desde la posguerra, son fundamentales los espacios multilaterales como el que representa el banco.

Cooperación. El banco es expresión de acción concreta en pos de la cooperación técnica y financiera, en particular es esencial en su rol de prestamista anticíclico. Como recordó el ministro Lacunza en la reunión de gobernadores, el BID, bajo el liderazgo de Enrique Iglesias, fue el banco de desarrollo que más apoyó a Argentina en la crisis de 2001-2002 .

Desarrollo. Los acuerdos y la cooperación sirven cuando están orientados a un objetivo común que une y motiva a los representantes de los países y los funcionarios de la institución: el progreso de nuestras naciones.

Este festejo encuentra al Grupo BID llamado a consolidarse como un pilar fundamental del desarrollo de nuestra región. Un desarrollo productivo, inclusivo y sostenible. Como dijo el chileno Felipe Herrera, primer presidente de la institución, el BID como agente del desarrollo es “más que un banco”.

*Director ejecutivo por Argentina y Haití en el BID.