A contramano de la mayoría de los sectores de la economía, el mercado de tecnología mantiene su demanda de recursos laborales y apunta a mejorar la participación de las mujeres en la actividad. Para eso, las especialistas del área pusieron en marcha la campaña Más Mujeres Tech y anticipan: “No es difícil hacer una carrera en tecnología”.
“La pandemia aceleró muchas cosas. En nuestro caso hay un 40% de mujeres y solo dos pidieron licencia”, explica Verónica Asla, COO de Servicios Globales compartidos de EY, que consideró que en estos meses de trabajo remoto “los hombres se pusieron a la par y se aceleró la posibilidad de compartir responsabilidades” en el hogar y la familia.
Con ella coincide Clara Mendiberri, general manager de JP Morgan y responsable del hub tecnológico en Argentina. Ambas integran la Comisión de Género de Argencon, la cámara de las empresas de tecnología. “Aceleró la participación de los hombres en las tareas de cuidado y puede haber personas para las que es más difícil, pero también hay más flexibilidad en las empresas”.
Pero más allá del reparto de esas tareas, uno de los puntos básicos está en la educación y la falta de modelos mujeres en el sector. Por eso, la campaña apunta a que las que ya están en tecnología den a conocer su experiencia. Las empresas participan de charlas en las escuelas para darles a conocer a las más jóvenes que el sector IT es una opción, donde además hay salarios que están entre los mejor remunerados.
La campaña Más Mujeres Tech busca visibilizar modelos mujeres en el sector
“No es difícil hacer una carrera en tecnología”, marca Asla. “Hacemos mucho trabajo con emprendedores y organizaciones. Queremos acercar también la tecnología a los sectores donde hay menos recursos”, agrega Mendiberri.
“Las universidades aggiornaron su oferta con carreras más accesibles y con salida laboral concreta y rápida. Reclutar mujeres es un tema complejo y hay que llevar métricas, garantizar que haya mujeres en los procesos de selección, analizar las brechas salariales y de acceso a los puestos más altos”, explica Mercedes MacPherson, gerente de Talent & Diversity de Globant, que reconoce que las mujeres ganan menos en el sector.
Cupos. En medio de debates sobre méritos y cupos, el sector tiene posiciones diversas. “El foco es la meritocracia pero creemos que los cupos permiten visibilizar, poner los nombres sobre la mesa y hacer un seguimiento. En tecnología estábamos en 23% y se llega ahora el 40%”, detalla Asla.
En JP Morgan no hay cupos. “Depende de la madurez de la empresa. Pedimos que siempre haya un candidato hombre y una mujer”, relata Mendiberri. “Cuando hay medidas concretas de diversidad e inclusión en la empresa no hace falta el cupo pero cuando las empresas están verdes el cupo puede ayudar”.
Tras el decreto que generó un cupo trans del 1% para la administración pública, en tecnología no hay cupo pero sí políticas de inclusión, acuerdos con las organizaciones LGBT+ y capacitación del personal y los gerentes. “Se acompaña la transición de los propios colaboradores. No hay cupo pero la idea es ir incorporando cada vez más personas trans”, remarca Georgina Barrán, responsable de Inclusión y Diversidad de Accenture.
Las firmas, además, están a la espera de la sanción de la ley de economía del conocimiento, una aprobación que viene demorada. El proyecto, que tuvo modificación en comisión en el Senado y, de aprobarse, volverá a Diputados, incorpora la perspectiva de género. “El sector es un gran exportador y genera trabajo incluso en pandemia. No contar con una ley nos pone en desventaja”, remarca Asla. Las ventas de servicios al mundo rondan los US$ 6.000 millones.
