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RESPALDO POPULAR

El ‘Sí’ a la reelección indefinida

El triunfo del “Sí” en Venezuela, con casi el 55% de los votos, fue juzgado muy críticamente en la prensa local. Se adjetivó mucho sobre el gobierno venezolano, desde el durísimo “dictatorial”, hasta el más caribean friendly de “hegemónico”, pero no se vieron análisis que, con indicadores sociales relevantes y públicos, evaluaran la performance social de la gestión de Hugo Chávez, más allá de la mayor o menor simpatía que despierte su figura.

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El triunfo del “Sí” en Venezuela, con casi el 55% de los votos, fue juzgado muy críticamente en la prensa local. Se adjetivó mucho sobre el gobierno venezolano, desde el durísimo “dictatorial”, hasta el más caribean friendly de “hegemónico”, pero no se vieron análisis que, con indicadores sociales relevantes y públicos, evaluaran la performance social de la gestión de Hugo Chávez, más allá de la mayor o menor simpatía que despierte su figura. Intentaremos una mirada necesaria para entender el notable y reiterado respaldo popular a su figura, analizando algunos aspectos centrales de su gestión. El primer aspecto es la pobreza y la indigencia. La República Bolivariana de Venezuela, según el último censo del 2001 cuenta con una población de 27.404.667 de habitantes de los cuales 8.972.790 son pobres. La mejora de este indicador de carencia durante la gestión de Frente V República es sustancial. Pasó desde el segundo semestre de 1998 del 50,4% de la población total al actual 33,6%, con picos de 62% en 2003, cuando se intento desestabilizar al gobierno y se desarrolló el paro petrolero salvaje, impulsado por la oposición pro americana. Igualmente, la indigencia cayó 9,2 puntos, pasando del 20,4% de la población existente en diciembre de 1998, en que se impone por primera vez Chávez con el 56,2% de los votos al 9,6% actual. Esto significa que en diez años abandonaran la pobreza 4.600.000 venezolanos, de los cuales superaron la pobreza extrema o indigencia 2.500.000 personas, y de ellas, un millón eran niños menores de 15 años. Un segundo aspecto es el desempleo. La desocupación abierta pasó de 12,8% de la población activa a fines de 1998 a 10,2% en el segundo semestre de 2008, una caída de 2,6 puntos, con picos de desempleo de 19 puntos en 2003 tras el intento de golpe..Un tercer y último aspecto es la distribución del ingreso. El punto débil de la gestión chavista resulta, como en todo el continente latinoamericano, que a pesar de la fuerte caída en la tasa de pobreza e indigencia nacional, el patrón muy concentrado de distribución del ingreso venezolano, no se alteró significativamente durante la gestión de Chávez. La brecha entre el 20% más rico y más pobre de perceptores pasó de 11,7 veces en 1999 a 10,4 veces en 2008, una caída de 1,4 veces en la brecha de perceptores inducida particularmente en los últimos dos años. En este sentido, a la mejora muy leve del patrón distributivo a nivel nacional, se le superpone el notable crecimiento de las asimetrías sociales medidas por ingresos en los distritos más poblados, como Caracas y su periferia urbana donde el coeficiente GINI –que a medida que se acerca al Valor 1 señala situación de desigualdad creciente– pasó de 0,37 en el primer semestre de 2007 a un suculento 0,41 en el segundo semestre, último dato conocido, aunque todo hace suponer que con el impacto de la crisis mundial sobre la economía venezolana, el GINI siga empeorando.Esta circunstancia de empeoramiento en el patrón distributivo en grandes aglomerados, que se potencia con los muy altos niveles inflacionarios existentes hoy en Venezuela (2,3% en enero de 2009), muestra el deterioro creciente de los niveles de vida de los sectores medios y medios bajos, constituidos en un nuevo segmento social de oposición al modelo oficialista, articulado en sus demandas ya no tanto con la vieja oposición golpista, sino con el movimiento estudiantil del Gran Caracas, un nuevo y vital actor político desde el referéndum de 2008 perdido por el oficialismo. Para concluir, a futuro, con una economía inflacionaria e impactada por la crisis internacional, estas tendencias a la concentración podrían agravarse hasta poner en dificultades el, aún hoy, muy amplio consenso electoral del oficialismo, construido en base a mejoras sustanciales objetivas en la calidad de vida de millones de ciudadanos, los más humildes, más allá de la opinión que merezca el particular liderazgo del Comandante Hugo Rafael Chávez Frías.

Aclaración: Son datos oficiales y públicos. Disponibles en la página del Instituto Nacional de Estadísticas (http://www.ine.gov.ve )

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*Director de la consultora Equis.