COLUMNISTAS
JOVENES, ALCOHOL y transito

El tiempo nos corre

Las investigaciones y estadísticas realizadas por CESVI Argentina (Centro de Experimentación y Educación Vial) confirman un notable incremento de siniestros graves durante los fines de semana: casi un 20% del total ocurre entre sábado y domingo.

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Las investigaciones y estadísticas realizadas por CESVI Argentina (Centro de Experimentación y Educación Vial) confirman un notable incremento de siniestros graves durante los fines de semana: casi un 20% del total ocurre entre sábado y domingo, y lo más trágico es que prácticamente la mitad de estos choques (un 45%) son protagonizados por jóvenes de entre 18 y 25 años de edad. Los mismos ocurren habitualmente en rutas y autopistas y con mayor frecuencia durante la noche.

No obstante esto, también se ve una gran cantidad de siniestros en las ciudades protagonizados por este grupo de personas que reúnen ciertas características particulares, como la omnipotencia, la falta de experiencia, fatiga y consumo de alcohol y drogas.

En primer lugar, el joven suele tomar más riesgos que el adulto por considerar a la muerte como algo muy lejano. No está en sus consideraciones la posibilidad de morir o de matar a alguien por culpa de sus actos. Es por esta razón que hay que trabajar fuertemente en la educación y concientización de los jóvenes para que entiendan cabalmente las potenciales consecuencias de sus acciones al volante de un vehículo.

En segundo lugar, se hace presente el alcohol, y de la peor manera. Según nuestros propios estudios, las bebidas alcohólicas no tienen el mismo efecto sobre todas las personas. Influye la edad, el peso, el sexo, el tiempo desde la ingestión y el propio metabolismo. Lo que está claro es que los efectos del alcohol se potencian cuando se lo ingiere sin estar acompañado de alimentos, y esto es lo que generalmente ocurre con los jóvenes que salen a bailar o a tomar algo con amigos.

En nuestro país el límite máximo de alcohol en sangre es de 0,5 g/l pero nuestros trabajos de experimentación demostraron que con sólo 0,29 g/l aumenta un 17,1% la imprecisión de las maniobras y un 10,3% el tiempo de reacción. A esto se le suma el consumo de energizantes mezclados con bebidas alcohólicas que son una amenaza para el organismo, ya que pueden desencadenar hipertensión, calambres, convulsiones y arritmias cardíacas. Yendo a cuestiones más “pesadas”, también suelen combinar el alcohol con psicofármacos o con drogas como la marihuana y la cocaína.

Además hay otro factor que influye en la potenciación del riesgo de choques, y es el hecho de compartir el vehículo con otros adolescentes. Estudios de centros colegas han demostrado que en conductores menores de 20 años el riesgo de sufrir siniestros viales es directamente proporcional a la cantidad de personas que viajan en el vehículo. Es decir, el riesgo de que un adolescente protagonice un choque se multiplica si va acompañado de otras personas de su edad. Esto obedece a la necesidad de demostrar sus supuestas habilidades y aceptar los retos que le proponen sus acompañantes.

Hay que considerar que este no es un problema sólo de la Capital Federal o del Gran Buenos Aires: es un problema nacional, por lo cual las policías provinciales y municipales deberían estar a la altura de las circunstancias y realizar campañas y controles de alcoholemia y drogadicción en todo el país.

Otro ítem a considerar es el de las “buenas prácticas” realizadas en otros países. Desde el año 2006, en España y otros países de Europa se desarrolla el programa Conductor Alternativo, que consiste en elegir a un miembro del grupo de amigos para que no beba y se encargue de la conducción. Este programa pretende evitar la conducción bajo los efectos del alcohol y fomentar la cultura del manejo seguro, especialmente entre los jóvenes. Según datos de la Dirección General de Tráfico española, durante el verano de 2006, el número de muertos de 15 a 24 años en accidentes de tránsito bajó un 37% respecto al verano anterior, gracias a esta intensa campaña del gobierno, que fue seria y sostenida en el tiempo.

Evidentemente hay mucho por hacer en esta problemática. Los padres, el Estado, la Policía, los mismos chicos y hasta el colegio con su aporte educativo. El tiempo corre y es necesario no dejarlo pasar más.


*Gerente general de CESVI Argentina.