Los papás y las mamás enseñamos mucho más con lo que hacemos que con lo que decimos. La cultura es la que nos marca qué expresiones o manifestaciones humanas tienen que ver con la intimidad y la sexualidad de pareja, y cuáles tienen que ver con el amor hacia los hijos. Claro está que cada familia irá adaptando este mensaje externo según sus valores y creencias.
Si lo que queremos transmitir es ese amor de padres/madres, es bueno que el mensaje sea claro. Que los chicos registren y vivencien que los besos en la boca o tocar las partes íntimas está reservado para el amor de pareja y no circula entre padres e hijos. Simplemente quedan fuera de estas prácticas porque son para “más grandes”. Es parte de una intimidad donde no ingresan. Entonces, de a poco estamos enseñando a naturalizar que un adulto, por más querido que sea, no puede tocarlos ni besarlos en zonas que estarían “reservadas” para la intimidad sexual.
En estos tiempos, cada vez más los pequeños están muy expuestos a estímulos sexuales con las canciones y los videos de adultos que están de moda entre los chicos, como Dame tu cosita. Los más grandes entienden que esto es gracioso y tiene cierta picardía, pero los chicos no terminan de comprender la importancia de cuidarse y cuidar su cuerpo.
Me parece que transmitir este valor de cuidar su intimidad es un desafío que tenemos los papás y las mamás en estos tiempos en que la cultura está cambiando tan velozmente. Conversar sobre sexualidad sin castigar o censurar, pero cuidarlos y enseñarles que sus partes íntimas son privadas y nadie las puede tocar, es un mensaje fundamental.
*Pediatra del HIBA.
