A pesar de su clara responsabilidad sobre el fracaso electoral del 2015, gran parte del peronismo conserva expectativas en que Cristina retome su posición de liderazgo para enfrentar las próximas elecciones en la Provincia de Buenos Aires. Este dato demuestra, por un lado, una particularidad en el comportamiento de los vecinos del GBA, posible de explicar teoría “pos verdad” mediante, que continúan creyendo en alguien que, por lo menos, usó el engaño abierto como táctica. Pero, en segundo lugar y más importante, Cristina candidata, refleja el estado de profundo deterioro que experimenta el partido peronista, cuyos dirigentes parecen no saber cómo llegar a las elecciones de medio término sin ella, aun teniendo frente a sí un contrincante que no ha dado muchas alegrías al electorado en disputa.
La postulación de la expresidenta se constituiría en una decisión que no solo posterga la rehabilitación del PJ sino que profundizará la gravedad de la situación en un contexto en el que el partido enfrenta, en su conjunto, no solo enormes dificultades para recomponerse como alternativa nacional sino además, como nunca antes, fuertes críticas impulsadas a partir de los casi últimos 25 años de la administración del país en sus manos.
El sello peronista sobre la mayor parte de la historia política reciente plantea interrogantes acerca de la capacidad de cualquier dirigente que surja de ese espacio para gestionar soluciones a los problemas del país. Esto constituye para ellos sin dudas, un costo adicional e individual de quitarse un lastre cada vez más pesado y que esta campaña, de ser liderada por la ex presidenta, solo aumentará. Si bien Cristina tiene mala imagen, como la tienen la mayoría de los políticos, los atributos que componen sus aspectos negativos son de tal entidad que resultan casi imposible de oscurecer, aun echando mano a un torrente de emociones por el más talentoso creativo. Estos expondrán diariamente la reputación del PJ a denuncias comprobadas contra sus administraciones de un tenor que bordea y penetra lo delictivo, con referentes ya tras las rejas. Denuncias que serán muy difíciles de responder por las enormes restricciones de la expresidenta para circular en los medios de comunicación de manera no pautada.
Con Cristina candidata, el PJ continuará drenando capital reputacional y la Argentina, república .
(*) Politóloga.