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Defensora de Género

Elecciones 2021: un desafío para la democracia y el género

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Nicaragua, sin democracia. La farsa electoral de los Ortega, una afrenta a las instituciones y al género. | afp

Hoy es el día esperado en todo el país para las elecciones de renovación del Congreso nacional y los provinciales. Además, desde el domingo pasado hubo elección presidencial en Nicaragua y en el país hubo un primer acuerdo en la CGT para conformar la mesa directiva. Estas diversas elecciones tienen aspectos a señalar vinculados a la vigencia de los principios democráticos y el género. 

Empecemos por Nicaragua. En ese país hubo un proceso de franco atentado contra la democracia como forma de manifestación de las distintas expresiones sociales y políticas. Después de los reclamos de hace más de dos años, encabezados por los estudiantes y apoyados por la Iglesia Católica y una diversidad de movimientos sociales, hubo una persecución y criminalización que obligó al cierre de organizaciones sociales de alto reconocimiento regional y mundial como defensoras de derechos humanos y de las mujeres. Persecución de sus líderes y personal, en gran medida mujeres, que llevó al encarcelamiento e incluso asesinato de sus dirigentes y a la expropiación de sus bienes. Cabe recordar que una de las primeras fue la organización que asesoró a Thelma Fardin en su denuncia en Nicaragua del abuso por parte del actor Juan Dhartés. 

Ante la campaña electoral, el gobierno de Ortega persiguió y encarceló a las y los candidatos y líderes de la oposición llegando a la elección, el domingo pasado, sin riesgos. Esto es una afrenta a la democracia y al género, porque recordemos que Ortega tiene una denuncia de abuso sexual de la hija de su mujer y ahora vicepresidenta electa de Nicaragua, que ante la denuncia de su hija defendió a Ortega y permitió que no se lo castigara. 

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El acuerdo de la conducción de la CGT mostró que las mujeres siguen ausentes a pesar de la ley que obliga a respetar el cupo, que ahora es la paridad. Se ignora una vez más la lucha de las mujeres en los sindicatos en defensa de los derechos de las trabajadoras. Nuevamente la CGT será conducida solo por hombres, las mujeres tal vez ocuparán comisiones, pero no estarán en la conducción. Esta es la gran diferencia: integrar comisiones es un avance, pero no reemplaza a la integración de la conducción. 

Tanto las personas activistas como las mujeres políticas deben plantearse la lucha por la igualdad de género en la vida sindical y especialmente en la conducción junto a las mujeres sindicalistas, como un objetivo clave para su vigencia plena en el país. Un cambio indispensable para democratizar la vida sindical, que incluye la incorporación sin discriminaciones de las personas de la diversidad. 

Hoy tenemos una elección con participación paritaria. Esto es un gran logro, si bien aún falta, porque la representación de personas de la diversidad en las listas y de personas defensoras de la igualdad de género es débil. Esta semana se celebró el aniversario de la Ley de Cupo, que fue un logro, como señaló la diputada Norma Allegrone de Fonte en el acto en Diputados, de las mujeres de los dos partidos principales, la UCR y el peronismo, y que contó con el apoyo de las organizaciones de mujeres. 

Esta lucha fue un anhelo que surgió con la recuperación de la democracia en 1983. La vigencia plena de la democracia exige igualdad de posibilidades y de derechos a todas las personas independientemente de su identidad de género, lugar de residencia, capacidad económica y otras diferencias. Es a nivel de los partidos políticos donde la lucha debe darse, porque es allí donde aún hay fuertes resistencias a una integración plena de mujeres y personas de la diversidad. 

El sábado 6, en la Marcha del Orgullo que se realizó en distintas ciudades del país, hubo una clara expresión de la comunidad y su inserción social. Toda la ciudadanía debe acompañar esto para que no se deje a nadie atrás.