Hubo un tiempo en que en la Feria del Libro las editoriales exhibían su catálogo completo y se conseguían libros que ya casi no se veían en las librerías (en unos pocos stands esa tradición continúa: en el de Los 7 Logos, Adriana Hidalgo trajo ejemplares de El árbol de Saussure, texto clave de Héctor Libertella publicado en 2000, y Beatriz Viterbo aporta algunos de sus primeros títulos –de 15, 20 y hasta 25 años atrás– de autores como Guebel, Laiseca y otros). También se conseguían libros que no llegaban a las librerías. Libros raros o de países con poca distribución entre nosotros. Esa práctica también está en crisis; no obstante, buscando y caminando, todavía se encuentran libros muy interesantes que sólo están en la Feria.
En el stand de Cuba hallamos El hombre discursivo, de Antón Arrufat (Editorial Oriente, Santiago de Cuba, 2015, publicado originalmente en 2005). Compilación de ensayos literarios, misceláneas y textos breves, es ése el registro del mejor Arrufat (el de De las pequeñas cosas). Salpicado, como era de esperar, de citas de Virgilio Piñera, son conmovedores los pasajes en los que describe la proscripción oficial de ambos (levantada póstumamente la de Piñera hasta convertirse, hoy, casi en una figura de Estado; levantada en vida la de Arrufat, hasta convertirse, hoy, casi en el escritor oficial de Cuba). Los dos ensayos sobre el soneto en castellano y sobre el verso libre son impecables. Pero mi artículo favorito es “Casal joven, exótico, aficionado a los retratos”, sobre la relación entre Julián Casal y J.K. Huysmans, es decir, sobre las dos tradiciones que influyen sobre Arrufat: la cubana y la francesa.
En el stand de las editoriales independientes de Perú, sobresale Los Rolling Stones y sus viajes al Perú. En el camino de los demonios, de Cucho Peñaloza (Grupo Editorial Mesa Redonda, Lima, 2016). Del mismo autor, en colaboración con Sergio Galarza, ya había leído Los Rolling Stones en Perú (Periférica, Cáceres, España, 2007, publicado originalmente en Perú en 2004), libro extraordinario que sirve obviamente como antecedente directo del volumen en cuestión, en el que el autor actualizó la información, en especial sobre el viaje a esas tierras de Mick Jagger en 2011. Pero mucho antes, en 1969, el propio Jagger junto a Keith Richards y Anita Pallenberg viajaron por primera vez a Perú. ¿En busca de qué? “De magia”, según declaran. Ese dato, entremedio del mayo del 68, la psicodelia, la liberación sexual y el mito de América Latina como el territorio de la próxima revolución, permite a Cucho Peñaloza escribir una de las mejores crónicas que leí en mucho tiempo.
Muy cerca de allí, en el stand de las editoriales independientes de Ecuador, reparé en Despedida de la hydra. Antología del nuevo cuento ecuatoriano, selección de Juan Romero Vinueza y Abril Altamirano (Editorial La Caída, Quito, 2017), que incluye un cuento (Olor a higos) de Luis Borja Corral, de quien había leído con mucho gusto su novela Pequeños placeres en el pecho (Centro de publicaciones de la PUCE, Quito, 2014). Escrito con el mismo estilo fresco que su novela, también irrumpen el deseo y el sexo; en Borja Corral aparece siempre una Quito lejos de cualquier estereotipo localista, más bien pensada como una ciudad salvaje, en la que cualquier cosa puede suceder, en este caso una urbana historia de desamor profundo.