COLUMNISTAS

Errores y rapiñas

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En la edición de ayer, PERFIL ofreció a sus lectores el acierto de mostrar como foto principal de tapa a César Tolosa, el jefe de Seguridad del penal de General Alvear. Tolosa fue demorado y liberado por la Justicia, pero apuntado por la gobernación bonaerense como sospechoso de participar en la fuga de los tres condenados por el triple crimen de la efedrina.
Por su cultura editorial de tradición revistera, este diario es el más dedicado a resaltar la fotografía en sus páginas como un valor periodístico en sí, no como un mero acompañamiento de los textos. Tras ese objetivo, nuestros reporteros gráficos montan guardias interminables y nuestra redacción hace búsquedas obsesivas en redes sociales.
Ese método permitió ayer no sólo el hallazgo de mostrar a Tolosa (algo que no hizo ninguno de nuestros colegas en papel, ni siquiera en sus versiones web), sino también la curiosa imagen del presidente Macri festejando el año nuevo en La Angostura, con un oso embalsamado de tamaño natural a su espalda.
Defendemos y seguiremos defendiendo el valor del fotoperiodismo. Aunque ese propósito nos lleve a cometer errores. Con Tolosa cometimos uno: dijimos que participaba de un asado (como mostraba la imagen publicada de su Facebook) tras ser liberado, cuando en realidad la instantánea de la parrillada era de diez días antes. La equivocación es menor, porque la idea era mostrar quién y cómo es el jefe de Seguridad del penal de la triple fuga del que muchos sospechan en La Plata.
Sin embargo, un par de tuiteros y sitios que viven de analizar (pobremente) lo que publicamos los diarios salieron a vociferar que cometimos “un error garrafal”, que nos referimos a “una noticia que no es tal” y utilizaron nuestra gaffe para azuzar el fuego de cuánto mentimos y/o inventamos los medios. Un verdadero dislate con segundas intenciones.
Nuestra credibilidad se construye sobre el esfuerzo de ser cada vez mejores y más rigurosos. Eso implica aceptar errores y tratar de subsanarlos y de que no se repitan. Nuestro ombudsman nos lo recuerda y repiquetea cada domingo. Nuestros exigentes lectores también. Y van para ellos nuestras disculpas por el error, por más mínimo que haya sido. El resto, que siga ladrando.