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Estimado Mauricio

El libro de Mauricio Macri y su dedicatoria.
El libro de Mauricio Macri y su dedicatoria. | Reproducción

Recuerdo que Cristina Kirchner se burlaba de Nelson Castro porque le hablaba directamente a ella en sus columnas de TN, estilo que terminó siendo imitado ahora por otros periodistas de mucho rating en TV. Espero no ser un comedido incorporándome a un diálogo al que nunca fui invitado dirigiéndote esta columna como respuesta a tu libro Primer tiempo. En él me acusás de tener una “obsesión perversa” con vos y un ego “que suele estar por encima de sus capacidades”. Tras tantos años de psicoanálisis podrás encontrar una proyección en tu visión.

Continuás diciendo: “Sin embargo nunca tuve en cuenta su maltrato permanente ni sus agresiones cuando solicitó frecuencias y permisos para crecer con radios y televisión, y no dudé en aprobarlos porque estaba en su derecho y cumplía todos los requisitos”. En el mismo sentido, aprovecho a mostrar mayor orgullo por el sello de pluralidad que significa acumular las críticas de tu libro a las del libro de Cristina Kirchner Sinceramente, donde dice: “En las cosas que publicaron fueron peores que Héctor Magnetto”.

 En tu libro te referiste con similar desdén a uno de los miembros de la Corte Suprema que vos promoviste. Escribiste que te arrepentías de haber nombrado a Horacio Rosatti porque “terminó fallando sistemáticamente en contra de la modernización y las reformas que impulsamos, favoreciendo así el statu quo populista”.

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El periodismo y la Justicia son primos hermanos en cuestiones funcionales pero especialmente porque comparten el mismo atributo de calidad: la imparcialidad es su condición primaria. Le hiciste a Rosatti el mejor elogio que se le puede hacer a un juez: no solo te arrepentiste vos, también Néstor Kirchner, quien lo echó como ministro de Justicia por oponerse a la construcción de cárceles con un fuerte sobreprecio, denuncia que fue tapa de PERFIL el 12 de septiembre de 2005. Autonomía en un juez y en un periodista es virtud.

Pero respondiendo a la dedicatoria del libro que me enviaste: “Espero que su lectura encuentre el sincero relato de una experiencia que aspira a ser un aporte para el futuro de todos los argentinos”, no encuentro en su lectura la descripción de la causa que llevó a tu gobierno al fracaso, que no está en 2018 sino en 2016.

Cuando se cumplieron cien días de tu gobierno te hice el único reportaje que le concediste a PERFIL en tus cuatro años de presidente y comenzó con estas preguntas: 

—¿Hay un plan B en el caso de que no vengan las inversiones en las proporciones que vos esperás?

—¿Qué pasará si el efecto de crecimiento que produzca la llegada de inversiones demorase un año en sentirse en la mayoría de la población? 

—¿Esperabas que los precios aumentaran tanto después de la devaluación?

—Con la aceleración de la inflación y paritarias superiores a lo planificado, ¿volverá a quedar el dólar retrasado?

—¿Con el gradualismo lo único que se logrará es atrasar un año el mismo plan de shock que hubiera sido necesario porque, finalmente, será inevitable tomar medidas que corrijan drásticamente los precios relativos, sin los cuales no habría cambio de modelo?

Preguntas hechas en marzo de 2016, te recomiendo que vuelvas a ver completo el reportaje: https://www.youtube.com/watch?v=fMEPG6MxqME o releerlo en http://bit.ly/ReportajeMacri.

Tu error no fue solo de agenda: “Dediqué demasiado tiempo a la gestión y poco a involucrarme de manera personal en llegar a acuerdos. La negociación política la delegué sobre todo en Rogelio (Frigerio), que se ocupaba de los gobernadores, y en Emilio (Monzó), a cargo de los acuerdos en el Congreso”.

El error de agenda es una consecuencia, la causa es que en 2016 no te animaste a hacer lo que vos creías que era necesario e hiciste en 2018. Si no tenías poder político para hacerlo recién asumido, como insistís en tu libro, por la fortaleza de la oposición y la debilidad propia, ¿cómo lo tuviste cuando ya estabas golpeado por las devaluaciones? Si como vos sostenés, los frutos del déficit cero se iban a recoger si hubieras sido reelecto continuando con el mismo plan, hubiera sido mejor perder las elecciones de medio turno en 2017 y no las de 2019, cuando se hubieran cosechado esos frutos al haber comenzado antes.

Un párrafo de tu libro es “palabra plena”, cuando decís que “el secreto es encontrar el equilibrio entre las miradas extremas, la reformista kamikaze y la rosquera inmovilista”. Evidentemente, no solo no lo encontraste sino que te sentiste atrapado por la rosquera inmovilista en 2016 y la reformista kamikaze a fin de 2018, equivocándote dos veces.

Decís en tu libro: “El mayor éxito del populismo en estas décadas es haber inyectado en el sistema sanguíneo el virus de la resignación: no esperar nada para no desilusionarse cuando nada ocurre”. Vos contribuiste a reforzarlo desilusionando una vez más a la clase media.

Te propongo lo siguiente, si realmente creés “que estaría mal no disponer las lecciones del pasado ante el futuro”, como citás a Churchill al explicar la motivación de tu libro. Te propongo un ejercicio verdaderamente sincero sobre los errores de tu presidencia realizando un reportaje de verdad, como el que hicimos en marzo de 2016 y nunca más quisiste repetir a pesar de los recurrentes pedidos de PERFIL.

Recuerdo que en 2007 vos me pediste públicamente un derecho a réplica por una tapa de la revista Noticias, cuyo título era “Psicología de un candidato haragán”. Obviamente, accedimos y durante un mes vos escribiste réplicas a mis columnas semanales. ¿Te animás ahora a acceder a lo mismo que me pediste en 2007 y aceptar que te entreviste públicamente?

En tu libro decís: “Hay cosas que volvería a hacer y otras que no. Me he dado tiempo para reflexionar críticamente sobre toda nuestra experiencia, no con ánimo de flagelarnos sino para tomar de ella todo lo que pueda enseñarnos para el futuro”. Creo que no fuiste lo suficientemente exigente en esa tarea para ayudar a quienes tengan que ser protagonistas y autores de lo que vos llamás un segundo tiempo y la oposición vuelva mejorada. La alternancia de partidos en el gobierno es fundamental para una democracia completa, y la oposición no debería quedar estigmatizada por tu fracaso. Tu papel es poder absorber los costos políticos con humildad y sabiduría.

Espero poder volver a verte en un reportaje.