Este ombudsman decía la semana pasada que volvería sobre el tema de los personajes que suelen mediar entre la información, los protagonistas y los periodistas, condicionando muchas veces la libre acción de éstos, manipulando datos o imponiendo una dictatorial influencia sobre los medios. Ponía acento en los “prenseros” que han logrado dominar ciertas áreas hasta el punto de condicionar la agenda de quienes ejercen este oficio. Y anticipaba que volvería para hablar sobre “otras fuentes dudosas: agentes de inteligencia, voceros policiales o judiciales, ‘gargantas profundas’ y otras intoxicaciones”. Hoy no será posible profundizar en esto por razones de espacio, pero para que el lector tenga un anticipo de lo que será abordado con mayor amplitud en esta columna: no existe fuente confiable en un ciento por ciento. En ese submundo, es regla de oro chequear y rechequear lo que proporcionan esos oscuros informantes, desbrozando cada dato y despojándolos de parcialidad.
Interpretación. El lector Ildefonso Thomsen –un habitual visitante de estas páginas– plantea con tono crítico la forma en que fue presentada una nota de la corresponsal de PERFIL en España, Hebe Schmidt, publicada el sábado 14 en las páginas 34 y 35. Allí, el dirigente de Podemos (la fuerza política con fuerte crecimiento en la península), Pablo Iglesias, hacía declaraciones acerca de la situación en su país, en Europa (con el tema Grecia como cuasiexcluyente) y también la Argentina. Lo que Thomsen cuestiona es que el texto publicado parece sugerir que se trató de una entrevista personal de la corresponsal con el político español, cuando se trató en realidad de una rueda de prensa. Si bien hubiese sido óptimo señalar que se trató de un encuentro realizado el viernes 13 a las 17 (hora de España) en el Círculo de Corresponsales Extranjeros de Madrid, no es incorrecto el abordaje realizado por este diario. La nota comenzaba diciendo que “poco antes de su próxima visita a la Argentina, PERFIL dialogó en Madrid con Pablo Iglesias...”. La Real Academia Española (RAE), en su primera acepción de la palabra “diálogo” (del latín. dialŏgus, y éste del griego διάλογος), señala que es una “plática entre dos o más personas, que alternativamente manifiestan sus ideas o afectos”. De manera tal que, desde el punto de vista formal, ese encuentro constituyó un diálogo.
En el copete de la nota se indicaba que Iglesias “le dijo a PERFIL que le gustaría conocer a CFK”, lo que podría entenderse, sí, como una revelación personal. Este ombudsman pidió las explicaciones del caso al editor de Internacionales y al secretario de redacción. Este último, Ariel Cohen, confirmó que Hebe Schmidt fue la única periodista presente que preguntó acerca de cuestiones vinculadas a la política argentina, por lo que resulta evidente que Iglesias efectivamente le respondió a ella aunque los restantes partícipes de la reunión de prensa pudieron –y así lo hicieron, como es el caso que cita Thomsen– reproducir las declaraciones.
No veo, entonces, falta de ética en esta cuestión.
Censo. Tiene razón el lector Patricio Clucellas al señalar un error registrado en la sección Efemérides el domingo 15. El tercer censo nacional realizado en la Argentina (los dos primeros fueron dispuestos por Domingo Faustino Sarmiento en 1869 y José Evaristo Uriburu en 1895) se realizó en 1914, durante la presidencia interina del vice Victorino de la Plaza (Roque Sáenz Peña estaba ya muy enfermo). El censo registró un total de 7.903.662 habitantes. Es decir: ni fue en 1912 ni contabilizó 7.151.235 habitantes.
Mejor así, pero... Este ombudsman quiere dejar en claro que no tiene animadversión alguna respecto del suplemento Espectáculos, cuyas contratapas sabatinas han sido comentadas negativamente en estas columnas. Lamenta, por lo tanto, volver sobre el tema aunque con alguna variante a favor que quiere destacar: ayer, el firmante de la columna de la contratapa fue el periodista y experto en cine Axel Kuschevatzky, a la vez productor (en representación de Telefe) de la película Relatos salvajes. Su texto es una delicia, muy atractivo y revelador del detrás de la escena en la llamada “alfombra roja” de la previa a la entrega de los premios Oscar, en Hollywood. Sólo un tramo merece cuestionamiento de este Defensor de los Lectores: es el dedicado a elogiar hasta la exageración la película, a su director, la productora y –por extensión– su propia tarea. Insisto: es negativo para PERFIL, para quienes firman esas columnas autoelogiosas y fundamentalmente para los lectores insistir en tal práctica. Se trata, quieran llamarlo como deseen, de publicidad encubierta.
Fe de errata. En la contratapa del domingo 15, Jorge Fontevecchia cometió un error: escribió que “100 pesos de 2003 son sólo 10 de hoy”. Debió decir que 10 pesos de 2003 son 100 de hoy.
