El Parlamento Europeo rechazó con 318 votos en contra, 278 a favor y 31 abstenciones la propuesta de nueva regulación sobre derechos de autor en internet. El parlamento de Estrasburgo vivió una de sus sesiones más controvertidas que tenga memoria, gritos, insultos amenazas y dos bandos claros. Por un lado, editoriales y medios defendiendo el derecho a la propiedad intelectual y por el otro GAFA (Google, Amazon, Facebook y Apple) junto a organizaciones como Wikipedia enarbolando la bandera de la libertad en Internet.
Pero que hay en juego realmente en el desarrollo de un nuevo marco regulatorio en Internet, el Europarlamento discute desde el 2016 una nueva legislación sobre los derechos de autor y cómo estos se ven afectados por el avance de nuevas tecnologías y plataformas. Ya es majadero repetir las veces que Google (por medio de Youtube) vulnera el derecho de autor de creadores y artistas bajo el rótulo de la libertad de Internet.
Casos sobran, a propósito del EarlyBird de Lollapalooza que se vive por estos días en Buenos Aires, les dejo el link monetizado con pre roll y otras piezas publicitarias de los Red Hot Chilli Peppers este año y si miran los recomendados podrán ver otra larga lista de usuarios que reproducen el mismo contenido o de otros años, por el que difícilmente pagaron los derechos a los artistas o la organización. No hablamos de grabaciones de celulares en baja calidad y con el movimiento del fanático mientras disfruta su grupo favorito.
Es una copia de la señal oficial. Y ahí comienza el abuso. Alguien pagó esos derechos para transmitir el evento, pero otro se siente con el derecho de copiar ese contenido y ponerlo en una plataforma que es cómplice del delito, sí es un delito: ya que facilita el medio, la monetización (repartida entre usuario y plataforma) y obviamente la difusión.
Pero todo lo anterior puede parecer obvio, pero no lo es. Al menos los parlamentarios en Estrasburgo no consideraron en su mayoría modificar la ley, amparados en 2 artículos que despertaron la molestia incluso de Wikipedia el 11 y el 13.
El primero crea un nuevo derecho conexo para los editores de prensa, de cinco años de duración, que les permite autorizar o prohibir a los agregadores de noticias online (Ej: Google News) que reproduzcan las publicaciones de sus medios, y decidir si quieren cobrar por ello. El segundo afecta a los portales que se basan en almacenar contenidos de usuarios y difundirlos activamente, con fines comerciales -como YouTube-; se responsabiliza a estas plataformas por lo que suban sus usuarios, se les obliga a obtener licencias de los propietarios legítimos de las obras y a bloquear antes de su publicación cualquier material que viole el copyright.
Pero qué libertad quiere defender Google, al menos cuesta entender que se hable de libertad si los usuarios y medios no sabemos cómo su algoritmo recomienda más o menos a determinado contenido en su propia plataforma (SEO), o incluso si una de sus filiales, Youtube, obliga a subir el contenido a su sitio para después reclamarlo (Content ID). O sea, no hay opción, si quieres no estar debes estar. Otro claro ejemplo de esto es Facebook que sirve como plataforma de difusión de contenidos falsos, como el caso de las Fake News o siendo más directos como ventana de publicidad de la piratería en el mundial de fútbol.
Ellos son la principal fuente de difusión de la aplicación Kraken TV que ofrece todos los partidos del mundial -tomando señales de Direct TV y otros medios como TyC y la TV Pública Argentina- a lo que suman una larga lista de canales de TV abierta premium y para adultos, todos sin pagar un solo derecho sobre el contenido. Pero probablemente lo más insólito es que ingresando a la APP se puede ver publicidad de importantes marcas que dan los ingresos necesarios para que este “emprendedor” digital financie su operación. Toda gracias a la publicidad programática.
Actualizar la legislación es una necesidad y un derecho que está por sobre las “supuestas banderas de libertad” que tiene internet. Hoy no es libre, por el contrario, es de unos pocos que amplían su poder sin contrapesos ni legislación que limite su campo de acción. Este primer round perdido por los creadores de contenido no es una derrota de los medios o autores ávidos de más dinero, es la derrota del derecho a decidir y hacer valer que los contenidos tienen dueño y que es sólo él quien decide cómo compartirlo y no un grupo de multinacionales que, sacando una ganancia en elmedio, se sientan con el derecho de “democratizarlo” buscando como fin último solo engordar su oferta de contenidos. El segundo round es en septiembre.