Ante el anuncio de la estatización de los ferrocarriles y desde el expertise de la Fundación Metropolitana sobre la movilidad en el área metropolitana Buenos Aires, recordamos que cuando sucedió la tragedia de Once, en estas mismas páginas reclamamos enfáticamente “planificación, inversión y gestión eficiente” y puntualizamos que “la gestión de la movilidad, del transporte público de personas no debe ser más un rompecabezas de partes y partecitas. Hay modos de transportar pasajeros y hay responsables de gestionarlos, públicos y privados, que deben
integrarse. Porque cuando los modos y los responsables se integran, no hay más alternativa que recurrir a la profesionalidad para que el sistema funcione por racionalidad y no por conveniencias… las de la política y las de los negocios”.
Celebramos la decisión anunciada porque es bueno profundizar el rol del Estado en la fijación y ejecución de políticas públicas y, en el caso que nos ocupa, es imprescindible para una gestión eficaz del servicio ferroviario. Recordemos que en el Gran Buenos Aires el ferrocarril es central para estructurar un sistema de movilidad sostenible e inclusivo, que colabore con el ordenamiento territorial, la calidad ambiental, la seguridad energética, la mejora de la competitividad y la calidad de vida de los ciudadanos.
Puntualmente, el rol estatal debe focalizarse en establecer un dispositivo que, en clave de planeamiento de mediano y largo plazo, tenga aptitud para fijar un plan de inversiones en infraestructura y equipamiento, una redefinición del modelo de gestión con reglas precisas para la prestación de servicios y un esquemade financiamiento para hacer frente a los costos de inversión, operación y mantenimiento.
Frente a la profusa proliferación de estructuras operativas desarrolladas a lo largo de las últimas tres décadas, será necesaria una profunda reorganización institucional acorde y consistente con el modelo de gestión a adoptar. Esta es la discusión central y de fondo, porque será este modelo el que dará la coherencia necesaria para que hagamos andar los trenes como Dios manda.
Concluíamos hace tres años: “Hoy, como nunca, el gobierno federal está en condiciones de conducir una sólida y coordinada política para la cuestión ferroviaria del área metropolitana Buenos Aires y debe hacerlo. Porque tiene poder político, que es fundamental. Igual que los gobiernos de la provincia de Buenos Aires y la Ciudad Autónoma, que transitan sendos mandatos con legitimación electoral y con experiencia de gestión, lo que debería posibilitar la correcta identificación de los problemas y sus causas, así como las soluciones y decisiones a tomar. Los trenes y la gente esperan, manos a la obra”.
Adecuando las etapas de la política y salvando diferencias coyunturales, creemos contar con un escenario favorable en igual sentido, por lo que volvemos a repetir: “Los trenes y la gente esperan, manos a la obra”.
*Presidente de la Fundación Metropolitana.