Me enorgullece haber sido parte del equipo que ayudó a que Mauricio Macri lidere el cambio de Argentina, pero no soy funcionario del Gobierno y tampoco vocero. Me dedico a escribir, digo lo que pienso. Algunos dirigentes de otros países me han pedido que los ayude a “fabricar un Macri”. Tuve que explicarles que es imposible inventar un candidato, que Macri es único, es como es, y por eso ha llegado adonde ha llegado. Es además un líder moderno que usa una metodología difícil de entender desde las viejas concepciones de la política y de la sociedad.
Sigo diariamente la política de varios países y veo cómo se acelera la crisis que anunciamos con Santiago Nieto en nuestro libro Mujer, sexualidad, internet y política. En Estados Unidos, las elecciones avanzan como anunciamos hace varias semanas en Noticias, aunque otros analistas no creían en nuestro método. Sanders y Trump son dos outsiders que conmovieron la escena representando a un electorado nuevo, distinto, que crece todo el tiempo. Lo más probable es que se enfrenten pronto una candidata progresista con imagen conservadora y un anticandidato de extrema derecha, con imagen de contestatario. Hasta donde se puede ver, a menos que la campaña de Hillary realice un giro radical, el nuevo presidente norteamericano será Donald Trump.
Brasil vive una crisis descomunal. Un juicio político consagró como presidente provisional a Michel Temer, que nombró un gabinete frágil. Las encuestas de esta semana dicen que 61% de los brasileños quiere que se vaya. Si aplica el paquete de ajuste económico que anunció y no tiene una estrategia de comunicación sofisticada, terminará mal. El PT enfrentará en las calles a un gobierno débil. Es probable que en pocos meses convoquen a elecciones adelantadas. Por el momento, Lula sería el candidato con mejores opciones. La crisis de imagen de los presidentes, que lleva a la ingobernabilidad, se expande por todo el continente. Los mandatarios de México, Colombia, Venezuela, Ecuador, Perú, Chile y Paraguay tienen las peores cifras de la historia.
En Europa ocurren cosas impensables hace diez años. Por primera vez en la historia de Austria, el presidente no será del Partido Socialdemócrata ni del Partido Popular (conservador), que obtuvieron resultados desastrosos. Ganó las elecciones, gracias a los votos de los residentes en el extranjero, Alexander van der Bellen, un economista de 72 años, del Partido Ecologista. Quedó en segundo lugar Norbert Hofer, candidato ultranacionalista. En España, la supremacía del PP y el PSOE acabó con la aparición de Ciudadanos y Podemos. El principal tema de discusión de estas elecciones españolas es la eventual intervención venezolana en la política de ese país. Sadiq Khan, musulmán e hijo de paquistaníes, es el nuevo alcalde de Londres. Derrotó en las urnas al ultraconservador Zac Goldsmith, judío de religión, en un país en el que el reina es la máxima jefe de la Iglesia Anglicana.
La revolución de las comunicaciones está arrasando la vieja realidad y la política es sólo una pequeña parte de esa realidad. En la Feria del Libro, el youtuber chileno Germán Garmendia lanzó su libro Hola, soy Germán. Para ingresar, los jóvenes tuvieron que comprar una entrada especial y un ejemplar del libro. Fue tan enorme la concurrencia, que tuvieron que armar un pabellón especial para él. Ningún autor de libros de ciencias sociales o ciencias políticas podría tener un éxito semejante. En todo el mundo, millones de personas pagan para votar en el Gran Hermano. ¿Cuántos votarían si tuviesen que pagar para elegir presidente de la Nación?
Necesitamos analizar sin prejuicios lo que ocurre, en una época en la que pensar está en desuso. Hay que reinventarlo todo: los partidos, los sindicatos y los medios de comunicación. En medio de ese caos, Mauricio Macri conduce un gobierno que llama la atención del mundo pero que es difícil de entender para muchos miembros del círculo rojo.
*Profesor de la GWU, miembro del Club Político Argentino.