En la semana que concluye, los lectores de PERFIL habrán tomado contacto –por el diario o por otros medios, tanto convencionales como redes sociales– con dos noticias que contribuyeron a alimentar la agenda política, económica y mediática. Una de ellas es la encuesta preelectoral de la consultora Isonomía que fue difundida la semana anterior y que provocó buena parte del cimbronazo que llevó el riesgo país a superar los mil puntos, el dólar a arañar el techo de la banda cambiaria impuesta por el FMI y al Gobierno a revisar sus estategias de campaña: afirmaba que Cristina Fernández superaría por nueve puntos a Mauricio Macri en un eventual ballottage; la otra, nunca confirmada hasta hoy, fue eje de una clara operación en Twitter que daba por cierta la presencia en Buenos Aires de Mario Eduardo Firmenich para sumarse al equipo de campaña de la ex presidenta.
Hace algunos meses, este ombudsman recomendaba a los lectores del diario un sano ejercicio: poner en duda lo que les llega por vías con fuentes o detalles dudosos, y alertarse ante campañas de noticias falsas en perjuicio o beneficio de tal o cual candidato.
Veamos ambos casos:
◆ En PERFIL, lo aportado por Isonomía formó parte de un artículo publicado en la página 13 de la edición del domingo 21. En la infografía y en el texto, se dejaba claro que la consultora había difundido parte de su investigación pero no su ficha técnica. De hecho, con el correr de los días se fue aclarando que el estudio fue encomendado por un cliente del exterior, y que llevó por título “The undecideds” (“Los indecisos”). Ayer, este diario incluyó en su página 3 una nota en la que los integrantes del staff directivo de Isonomía parecen asombrarse ante las consecuencias de su trabajo, su difusión y el recorte hecho a la consulta. Niegan “operar” para que tiemblen los cimientos del Gobierno y entienden que los mercados siempre reaccionan cuando se produce una información tan contundente. Es interesante señalar que, tanto en el artículo del domingo 21 como en el de ayer, PERFIL se mostró prudente al analizar el fenómeno producido, incluyéndolo en el marco de los temblores que volvieron a afectar la economía del país. En otros medios, esos nueve puntos de ventaja adjudicados a CFK por encima de Macri fueron claramente manipulados en beneficio de uno u otro margen de la grieta: como mensaje esperanzador para los seguidores de Cristina o como un argumento de advertencia para quienes mantienen su respaldo al gobierno macrista. Como siempre, en cada caso, cada quien interpreta y difunde según sus intereses.
◆ El caso Firmenich debe ser considerado como una señal de advertencia ante lo que se viene. El empleo de Twitter como vehículo para transportar información falsa o engañosa mostró ser eficaz, tanto como lo fue WhatsApp durante las campañas electorales de los Estados Unidos y de Brasil. En su viralización (que no llegó a grandes cifras, por lo visto) actuaron tuiteros generalmente vinculados –orgánica o inorgánicamente– con los batallones de trolls que se atribuyen al Gobierno. Los textos de los tuits fueron casi idénticos en cientos de casos.
Se recomienda a los lectores de este diario que desconfíen de noticias más o menos impactantes que aparezcan en las redes en los próximos meses. Será un buen ejercicio de salud democrática.
Despidos. Este ombudsman quiere elogiar una breve nota publicada el domingo 21 en la página 22, con el título “Sigue el conflicto en Olé y Clarín por despidos”. Se explica allí lo que sucede en esos medios (y otras empresas del grupo), dando la palabra a una y otra de las partes en pugna. PERFIL permitió así (con una actitud inusual en el mundillo periodístico) visibilizar un estado de cosas que dejó sin trabajo a medio centenar de personas.