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Hacia la comprensión del comportamiento político

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Hay dos campos en nuestro conocimiento del mundo que están avanzado por distintos caminos: el estudio del cerebro humano y nuestra comprensión del comportamiento político. El experimento del equipo médico del Dr. Lylyk se mueve en una línea de convergencia entre ambos. Es una perspectiva que está despojando a la política de algunos atributos idealizados que la filosofía social exalta desde tiempos inmemoriales. Las técnicas de marketing político abrieron esa vía hace varias décadas, pero no necesariamente lo hicieron con demasiada teoría ni evidencia sistemática que respaldase sus supuestos.
Este modesto experimento sobre los patrones cognitivos de los votantes que se activan a través de los mensajes de campaña a muchos lectores les parecerá insuficiente para extraer conclusiones. No pocos reaccionarán con sorpresa, o con enojo, al enterarse de que los del PRO son más “emocionales” y los del Frente para la Victoria, más “calculadores”. Pero está claro que esto no es más que eso: un experimento. Por eso no tiene mucho sentido discutirlo como si se tratase de conjeturas bien establecidas. Es nada más que una señal de que hay un terreno muy amplio, y potencialmente fértil, que puede ser explorado. El fenómeno aquí documentado, que en los simpatizantes de un cierto partido político tienden a activarse ciertas regiones del cerebro distintas que en los simpatizantes de otro partido, seguramente fastidiará a algunos y parecerá una humorada sin sentido a otros. Pero lo cierto es que hay bastante trabajo serio y relevante en este terreno de los mecanismos que conducen a las decisiones de voto y a las preferencias políticas de los votantes.
Por este camino se avanzará en la comprensión de aspectos de los procesos políticos como la publicidad,
la comunicación y, más en general, los complejos factores que llevan a formar el bagaje de información, actitudes, predisposiciones e ideas de cada persona. Los políticos, y sus asesores, y los mismos votantes podemos imaginar todo lo que se nos ocurra acerca del quehacer de cada uno; las
ciencias del cerebro y los mecanismos cognitivos, la sociología y la política  seguirán tratando de entender cómo funciona realmente todo esto que llamamos política.

*Sociólogo.