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Horas aceleradas

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Kicillof. Quienes creen que el kirchnerismo se agotó lo ven como opción de renovación. | cedoc

Atraso cambiario sí o no, es la nueva discusión que apasiona a los economistas profesionales o amateurs, y que ya se ha filtrado a los bares y cafés, ya sean reales o virtuales.

Costumbres argentinas. En el mundo de comunicaciones globales, la nueva pasión de los argentinos viajando por el mundo es comparar los precios de alimentos e indumentaria en las grandes capitales, donde la conclusión abruma: Argentina se transformó a la velocidad de un asteroide en un país caro en dólares comparable con Suiza con la diferencia obvia, los salarios promedio en el país de los relojes multiplican en varias veces, a los del nuevo aliado incondicional de Estados Unidos. También las largas filas para cruzar al vecino Chile dan cuenta de la tradicional costumbre de las clases medias altas: comprar productos de marcas internacionales, y del cálculo rápido que realizan arriban a una conclusión inexplicable, todo es más barato, incluso si se suman los gastos de viajes y estadía.  

No todos están de acuerdo con este diagnóstico compartido, también por economistas que estaban hasta hace muy poco, en veredas enfrentadas. El presidente Javier Milei y su ministro Luis Caputo creen –que en todo caso–, los precios quedaron muy caros, ya que los precios se habrían colocado evaluando a un dólar de ¿3 mil o 4 mil pesos? La defensa política de su modelo derrumba a la teoría clásica de la economía de la formación de precios, e inconscientemente le dan la razón a Cristina Kirchner que la inflación debe su explicación a la restricción cambiaria. Los efectos del atraso cambiarios son bien conocidos, pérdida de la competitividad de las exportaciones y aumento de las importaciones, pero también también se debe decir que es popular, ya que permite un aumento ficticio de los ingresos en dólares que no se vincula a la productividad de la economía.

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Paraísos perdidos. En síntesis, el Gobierno busca secar la plaza de pesos aunque se posterguen salarios públicos y deudas estatales, para que en algún momento se llegue al paraíso de la competencia de monedas. Nadie sabe muy bien qué significa esta alternativa. Quizás no signifique nada, los compatriotas que recorren asiduamente el país trasandino saben bien que se puede ir a cualquier casa de cambio para comprar o vender en forma minorista cualquier moneda del mundo, sin presentar ningún documento. Probablemente en ese punto se puedan realizar contratos en dólares o en euros, pero la ley “Bases” ya plantea que las empresas que ingresen al RIGI puedan llevar sus estados contables –y balances– en la moneda norteamericana.  

Los dialoguistas y partidarios de reenviar la ley “Bases” a Diputados parecen ser más. Pero todo puede cambiar en horas

Todo debe ser analizado en el contexto del congelamiento de la economía real y la pérdida del poder adquisitivo del salario, frente a la inflación. Las noticias sobre la suspensión y despido de trabajadores se filtran en algunos pocos medios. La verdad de la milanesa se encontrará en los meses próximos cuando se obtengan los datos del semestre en curso de la Encuesta de Indicadores Laborales (EIL). El último informe releva los datos del mes de febrero de este año y marca un descenso del empleo en el mes del 0,5%, dato que no sería tan preocupante –la fluctuación es normal y tiene error estadístico–, pero desde diciembre de 2023 la caída es sistemática.

El palacio y la calle. A pesar del panorama económico desalentador los índices de popularidad de Javier Milei se mantienen positivos en alrededor del 52%. Estos guarismos son relativos, si se comparan con el 70% a 80% de imagen positiva del primer semestre del gobierno de Alberto Fernández. El problema de la alta imagen del Presidente es que absorben a los votantes de Patricia Bullrich, quienes lentamente van olvidando su apoyo al PRO. El partido patentado por Mauricio Macri ve de cerca su disolución en términos políticos. Al menos seis diputados nacionales, dirigentes de peso en el trayecto del partido conservador hacen cola para integrarse a La Libertad Avanza a pesar de la frialdad que reciben por parte de Karina Milei. Macri intentó esta semana revivir su proyecto político, pero la idea de gestionar un relanzamiento vía zoom no hizo más que multiplicar el desaliento fruto del tsunami libertario. “No va a andar” planteó un alto exfuncionario amarillo que planea su viraje al lila de LLA. El cambio de camiseta política no deja de ser un problema cuando los “negociadores” libertarios piden todo –votar la ley “Bases” sin chistar– y a cambio de nada, la negativa al regreso de la coparticipación perdida de la Ciudad de Buenos Aires da fe de esto y que lleva a las tasas municipales que pagan los porteños escalen.  

El terremoto político ya llegó a las playas del peronismo y Normandía no es otra que la provincia de Buenos Aires. Axel Kicillof ha decidido componer una nueva canción en vistas al 2027, pero para esto tendrá que enfrentar nada más, ni nada menos que a la dinastía Kirchner. La apuesta es de alto voltaje obviamente y recién comienza a tomar luz pública con los cruces entre Mayra Mendoza y Aníbal Fernández. Algunos piensan que esta tensión interna puede llevar a la ruptura y que debilita al peronismo como principal fuerza opositora. La posibilidad que existan varias boletas hacia 2025 es cierta, lo que facilitaría un triunfo libertario, pero también se escuchan voces que plantean que el modelo kirchnerista está completamente agotado y que Kicillof es lo más cercano a una renovación posible. También en el mundo kicillofista se insiste en el concepto de armar una nueva transversalidad para agrandar los márgenes a un kirchnerismo que quedó encerrado en sí mismo. En este marco se realizaron las reuniones con los gobernadores Ignacio Torres y Maximiliano Pullaro. Éstas serían prolegómenos para tratar de acordar con otros pesos pesados como Martín Llaryora (Córdoba) y Alberto Weretilneck (Río Negro). Serán una larga partida de póker donde nadie quiere mostrar su juego.

Bases o Techos. Gran parte del desafío de la oposición se verá en la votación del Senado sobre la ley “Bases” donde hoy los dialoguistas y partidarios de reenviar la votación a Diputados parecen tener primacía. Pero todo puede cambiar en horas.

*Sociólogo.