COLUMNISTAS
Problemas sin solución

Indignados, hartos y desalentados

pobreza
Damián Di Pace: “Se están elevando los niveles de indigencia y pobreza en el país”. | telam

Todo igual pero un poco peor.

Crecen  la inflación, los precios, la pobreza.

Brecha cambiaria inconmovible.

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Grieta política creciente, insostenible.  

Un gobierno carente de fondos, con una emisión sin respaldo rozando la impudicia, haciendo gala de un dispendio de fondos públicos mayúsculo, no solo por un Estado elefantiásico poblado de inimaginables ministerios, cuya actividad (¿o inactividad?) dista de ser visible, sino por nuevas e increíbles campañas publicitarias ¡contra el desánimo! de nula veracidad, en un inútil intento de mejorar el humor social.

Humor o malhumor manifestado por un reciente acto, de inexistente justificación, protagonizado por el Presidente, exhibiendo a plena luz del día la grieta definitiva dentro del frente gobernante, patentizada por la ausencia no solo de ministros y miembros de su propia corte, sino del gobernador y el intendente del ámbito anfitrión.

Al Presidente, es notorio, lo hostigan mucho más sus propios que la oposición, que por ahora solo exhibe reacomodamientos para posicionarse en candidaturas, por parte de los distintos sectores y actores.

Y todo este lamentable contexto se encuentra alejado de un abordaje a los reales problemas de la gente, mientras el país vegeta.

A pesar de los precios récord de los granos y de las necesidades mundiales crecientes de energía, convencional y no convencional, producto de la guerra, áreas donde el país es un importante actor, concreto en la producción mundial de granos, como con un potencial inimaginable en litio, petróleo y gas, por falta de adecuadas políticas y de inversiones, se deberá importar aquello mismo que está durmiendo en el subsuelo por esas carencias, sean de acciones o incentivos imprescindibles.

Mientras tanto, en los últimos días se han perpetrado algunos episodios, consonantes con el clima de disolución, que justifican la reiterada expresión de hartazgo y desaliento de la mayoría de la población, asfixiada por el creciente agobio económico e institucional.

  • En la provincia de Entre Ríos despiden a una fiscal que se atrevió a denunciar por corrupción a un ex gobernador, premiado por la actual gestión con el rango de embajador.
  • En el ámbito nacional, la Justicia resolvió cerrar la causa del Olivosgate, a cambio de cuarenta monedas, dejando al descubierto, más allá de la posible juridicidad del fallo, una desalentadora sensación de impunidad moral, por el gravísimo hecho del festejo en la residencia oficial del Presidente, con su propia participación, en medio del encierro histórico de la mayoría de la población.  
  • Y en materia de insensateces, apareció en un increíble acto público la presentación por parte del Presidente de los ¡nuevos billetes! anunciados estridentemente por el reemplazo de los actuales animalitos (dichos presidenciales) por próceres, pero sin elevar la denominación máxima de mil pesos (equivalente a apenas 4,9 dólares blue), persistiendo en el arcaico intento, inútil y absurdo por su parte, de querer ocultar la ya crónica inflación, al impedir la impresión de papel moneda de mayores valores.

Cabe agregar que, por esta falta de actualización nominal de los billetes, los cajeros automáticos rápidamente colapsan y se saturan, a la vez que se generan a bancos y a empresas inútiles costos en materia de transporte de caudales, todo en medio de la teatralizada “guerra contra la inflación” lanzada en marzo último, que está mostrando su fracaso con los índices de entre 6% y 7% mensual, y cuyo colofón más reciente consistió en la renuncia del último secretario de Comercio, exhibiendo su impotencia, a la par que genera obligadamente la reflexión sobre la utilidad (o inutilidad) de la mismísima dependencia que dirigía.

Cabe la reflexión final: los países que atravesaron situaciones similares a la descripta emergieron exclusivamente con acuerdos políticos, planes económicos consistentes y creíbles y reglas claras para atraer la imprescindible inversión privada, venga de donde viniere. Cuán lejos está el país de ese escenario.

Cabe el desaliento de los argentinos.

*Economista. Presidente honorario de la Fundación Grameen Argentina.