Hace pocas semanas tuvimos el privilegio de charlar largamente con el fiscal Strassera para el diario PERFIL.
Como siempre, Julio Strassera tuvo palabras profundas, reivindicando la independencia judicial y severos juicios para aquellos que pretenden usar a los Derechos Humanos como una hazaña personal.
Nunca olvidaremos aquellos difíciles primeros tiempos de la democracia en los que la presión militar era tan fuerte que del juicio a las juntas de comandantes (1985) sólo se exhibieron imágenes sin sonido, cosa que recién ocurrió en 1998. Sin embargo, nada hizo retroceder a aquellos hombres de la Justicia y cuando Strassera, al terminar su alegato, pronunciaba la inolvidable frase: “Señores jueces, ¡nunca más!” se elevó una enorme aclamación en la sala de Tribunales. Aclamación en la que se mezclaban lágrimas y aplausos. Allí estaban, claro, esperando justicia, los familiares de los miles de desaparecidos y los ciudadanos que nos prometíamos que aquellos horrores no podrían repetirse.
Hoy, muchos años después, Strassera siguió siendo terminante en cuanto al respeto hacia la independencia judicial y aquel juicio a los comandantes ha quedado como un emblema del primer gobierno democrático y (según palabras del Fiscal de Roma) un modelo en la jurisprudencia internacional. Y, sobre esto, Strassera tambien se explayó largamente:
–Aquel fue un juicio luego lamentablemente ignorado por el entonces presidente Kirchner en un discurso pronunciado en la ESMA en el que dijo que, como argentino, se avergonzaba de que el país hubiera estado veinte años en deuda con los Derechos Humanos. Luego, llamó a Raúl Alfonsín para pedirle disculpas, pero lo que ocurre es que, en estos casos, las disculpas se piden en público y no en privado. Por otra parte lamento que la reforma que pretende la Presidenta es, precisamente, poner a la Justicia como un apéndice del Poder Ejecutivo–.
Quizás alguien, hoy, pueda pedir perdón a hombres, como Strassera, que jugó su vida y la de su familia por una causa que nunca olvidaremos.
Ojalá su despedida refleje este último homenaje.