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Tiempo de madurez

La conversación pública, alma de la democracia

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El discurso del Rey. “La única forma en que uno puede reinar es si primero puede comunicarse”, dijo Logue. | cedoc

La célebre frase de Lionel Logue a Jorge VI en la película “El Discurso del Rey” –“La única forma en que uno puede reinar es si primero puede comunicarse”–, se vuelve evidente en el contexto actual de debates en Argentina. Tras un proceso electoral que se extendió durante varios meses en 2023, hemos asistido a un debate de proporciones monumentales en torno al proyecto de ley denominado “ley ómnibus” o “Ley de Bases y Puntos de Partida para la Libertad de los argentinos”, presentado por el Poder Ejecutivo.

Este gran debate pone de manifiesto la esencia de la democracia, que va más allá del acto de votar; consiste en dialogar y deliberar acerca de la sociedad que deseamos construir. Desde su concepción en la antigua Grecia hasta su actual aplicación, la democracia ha evolucionado en numerosos aspectos, pero la conversación pública sigue siendo su elemento fundamental, el motor que la impulsa.

La conversación pública es el foro donde las opiniones se forjan, la información se comparte, las diversas perspectivas se promueven y los líderes rinden cuentas a la sociedad. La democracia no se limita a la emisión de votos; exige un compromiso continuo de los ciudadanos en la toma de decisiones. La conversación pública es el medio a través del cual expresamos nuestras ideas, nos informamos, deliberamos y, finalmente, tomamos decisiones que impactan en la sociedad.

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Este diálogo permite dar voz a diversas opiniones, incluso aquellas que son minoritarias, y asegura que se evalúen múltiples perspectivas antes de tomar decisiones cruciales. Cuando limitamos o excluimos la conversación pública, debilitamos la democracia y corremos el riesgo de caer en la tiranía de la mayoría o en decisiones impulsivas.

La conversación pública es el espacio donde las ideas pueden florecer y enfrentarse. Al considerar diferentes perspectivas, las personas pueden apreciar la complejidad de los problemas y encontrar soluciones equitativas y efectivas.

No se trata solo de expresar opiniones, sino también de compartir información vital. La conversación pública actúa como un mecanismo para la difusión de información, verificación de hechos y exposición de la desinformación. Los medios de comunicación y la participación activa en las redes sociales garantizan la circulación de información y posibilitan su evaluación crítica.

La conversación pública también desempeña un papel crucial en la rendición de cuentas de los líderes y las instituciones. Los ciudadanos pueden expresar sus inquietudes, críticas y demandas a través de esta conversación, lo que obliga a los líderes a ser responsables ante la población.

Cuando la conversación es vibrante y robusta, los líderes están más dispuestos a responder a las necesidades y preocupaciones de la sociedad, conscientes de que serán evaluados constantemente. Esto crea un ciclo de retroalimentación que fortalece la democracia y la hace más receptiva a las demandas de los ciudadanos.

En Argentina, y en toda Latinoamérica, aún nos queda camino por recorrer para alcanzar madurez en la conversación. Es esencial proteger y fomentar este diálogo público para garantizar que la democracia siga siendo un sistema en el que los ciudadanos puedan participar activamente en la toma de decisiones y en la construcción de un futuro mejor para todos. En última instancia, como nos recuerda Lionel Logue, la comunicación es esencial para gobernar con eficacia y construir una sociedad más justa y libre.

*Licenciado en Comunicación Social, MBA Internacional y Director de Comunicación de la Universidad Austral.