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La economía real, más allá de Griesa

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De nuevo otro giro en la saga holdouts. Tuvimos varios ya. Y probablemente tendremos otros.
El jueves el gobierno argentino, mediante un comunicado, informó haber transferido los fondos necesarios para honrar el vencimiento del bono Discount del lunes próximo. La parte correspondiente a los bonos con jurisdicción Nueva York, US$ 539 millones, los depositó en la cuenta del Bank of New York (BoNY), que es el agente pagador de dichos bonos. Con ese acto, puso en claro que no acataría el fallo de los tribunales de Nueva York, que lo obliga a pagar a los holdouts (Elliot y otros) en idéntica proporción que a los tenedores de bonos reestructurados. En este caso, dado que Argentina transfirió el 100% del vencimiento del lunes, debió haber depositado el 100% del fallo.
Ese mismo jueves, el juez Griesa no hizo lugar a la solicitud argentina de reponer el stay, que dejaría en suspenso el fallo hasta tanto Argentina negocie cómo pagarles a los holdouts. Y llamó a las partes a una nueva audiencia para el viernes a la mañana. En el comunicado del jueves, el gobierno argentino se anticipaba a cualquier medida que el juez Griesa pudiera tomar que impidiese que se efectivizara el pago de los bonos reestructurados. Y lo acusaba de falta de imparcialidad, mientras lo amenazaba con eventuales presentaciones en tribunales internacionales.
Claramente, el depósito de los fondos y el comunicado fueron una vuelta atrás hacia una posición más hostil del Gobierno.  Y así lo tomó el juez Griesa. En la audiencia llevada a cabo el viernes, sostuvo que el depósito de los fondos para pagar el vencimiento de bonos reestructurados nada tenía que ver con llevar adelante una negociación con los holdouts. Y como los fondos depositados eran insuficientes para cumplir con el fallo y con el pago del vencimiento de la deuda reestructurada, le indicó al BoNY que no transfiera los fondos para cumplir con el pago de los bonos reestructurados. De esta manera, Argentina incumplirá el vencimiento del lunes, y comenzará a correr el período de 30 días de gracia para realizar dicho pago y evitar el default de la deuda reestructurada. Claro que para que ello sea posible deberá sentarse a negociar y alcanzar un acuerdo con los holdouts.
Mientras tanto, la saga holdouts ha puesto en un plano secundario los problemas macro fundamentales que tiene la Argentina. Pero, ni el déficit fiscal, ni la inflación, ni la recesión, ni el desastre de precios relativos se resuelven incluso cuando la saga tenga un final feliz. El Gobierno después de devaluar encaró la normalización de los conflictos internacionales, con la intención de conseguir dinero fresco mediante nuevo endeudamiento externo. Esa posibilidad también está hoy severamente cuestionada, incluso si hay final feliz para los holdouts. Porque si Argentina paga este fallo con bonos, los bolsillos que estaban con apetito por riesgo argentino ya se habrán ido llenando de los bonos emitidos para Repsol, para Elliot, y para el resto de los holdouts que vengan a cobrarse en las mismas condiciones de Elliot. Después de estas emisiones que son para pagar deuda (y que en su máximo podrían llegar a US$ 21 mil millones), resulta complicado que pueda haber mercado para más bonos soberanos argentinos que puedan generar dinero fresco.
En síntesis, reitero incluso si hay final feliz, Argentina se encontrará que sigue el déficit, sigue la inflación, sigue la recesión, siguen los problemas de precios relativos, y siguen las dificultades para que los dólares no luzcan escasos.  Claro que esto no significa que no convenga hacer todo lo posible para alcanzar tal final feliz.Mucho peor sería, por inacción o tozudez, un nuevo default.
Durante los próximos 30 días, el humor del mercado estará signado por lo que haga la Argentina en pos de alcanzar una solución que permita pagarle a los reestructurados y cumplir con el fallo de los tribunales de Nueva York. Pero, aún cuando la alcance, los problemas macro no se resolverán por arte de magia. La épica y el voluntarismo no forman parte de ninguna receta conocida de política económica

*Economista. @luissecco