Un porcentaje cercano al 5% del Producto Bruto Interno absorberán los subsidios en 2011, año electoral donde se jugará la suerte futura del actual gobierno, en cualquiera de las formas que se pretenda. Sumarán $ 100 mil millones, 40% más que en 2010, momento en el que llegaron a los $ 66 mil millones. De lo contrario, se argumenta, varias empresas privadas no podrían funcionar, incluso tan precariamente como sucedió, en varias oportunidades, en las últimas semanas.
Un ejemplo fue el de los cortes de electricidad, que afectaron por varios días a gran parte de Buenos Aires, un accidente originado en la falta de inversiones en infraestructura. Tras los apagones, el Gobierno las amenazó con multas y hasta con poner punto final a la concesión a la italiana Enel en Edesur. Pese a todo, ya se sabe que los subsidios para mantener congeladas las tarifas de electricidad llegan a casi $ 16 mil millones este año. En un proceso inverso se entiende que los subsidios sociales treparán un 35% hasta acercarse a los $ 18,5 millones.
¿Cómo imaginar la economía argentina sin subsidios? ¿Sería menor la presión tributaria por la que se quejan los ciudadanos y, en especial, los empresarios? ¿Veríamos de pronto la realidad asomar con fiereza, multiplicando por dos o por tres el actual nivel inflacionario que bordea el 30% anual?
Si usáramos la imaginación esa realidad se parecería a un shock sorprendente y gigantesco. Porque, sin subsidios, ¿a cuánto llegarían las tarifas del sector energético, las del transporte, las asignaciones sociales? ¿Podrían funcionar los servicios que prestan algunas empresas públicas? ¿Alcanzarían entonces los valores que se cobran por el gas y la electricidad en la Capital Federal a los precios de los mismos elementos en el sur de Latinoamérica? ¿Sobrevivirían los beneficiados por la Asignación Universal por Hijo?
¿Podrían funcionar Aerolíneas Argentinas y Austral y unir por aire el extenso país? ¿Un decreto presidencial elevó en $ 2 mil millones el respaldo a la línea aérea estatal pero Gustavo Ferreira, diputado peronista de la oposición está exigiendo que se expliquen en detalle el destino de las entregas del Estado a Aerolíneas desde 2008 por $ 6.500 millones, todavía en la nebulosa.
Así las cosas, hay dos Argentina. La de los subsidios y la hipotética, sin subsidios. Es un panorama inquietante para el futuro gobierno porque será 2011 un año de ensueño (casi de fantasía) en tanto es muy improbable, por el mismo proceso electoral, que se ajusten las tarifas de los servicios, aunque se incrementen los costos por el impacto inflacionario.
Con los subsidios hay dos problemas. Uno es el país que tendremos si desaparecen. El otro, muy importante desde el punto de vista institucional, es la “transparencia” de las acciones del Estado, de los muy importantes fondos que se entregan sin que se conozcan sus destinos.
Un relevamiento encarado por Cippec sobre subsidios ofrecidos en 2009 confirmó que $ 18.500 millones correspondieron a partidas calificadas como “no transparentes”: el Gobierno no informó quién o quiénes los recibieron. Pero también hubo $ 13.800 millones en subsidios “transparentes”.
Para Cippec, los subsidios cuyo destino es desconocido se refugian en las ayudas sociales a personas. Los sectores administrativos a cargo de esas ayudas decidieron no aportar información.
La misma situación ocurre en la Anses y en el Ministerio de Trabajo. Y otro universo “no transparente” lo constituyen los subsidios ofrecidos por el Ministerio de Salud, donde hay que inscribir la Administración de Programas Especiales a las obras sociales de los gremios canalizados a los casos de alta complejidad.
El informe de Cippec trajo sorpresas. De todos los ministerios que autorizan subsidios a empresas (los de Economía, Trabajo, Planificación y Jefatura de Gabinete) el que aportó la información solicitada con lo cual mereció alguna medallita al “más transparente” fue el que está a cargo de Julio De Vido.
El menos transparente fue la Oficina Nacional de Control Comercial Agropecuario (Oncca). Esta última Oficina, junto con la Administración de Programas Especiales son las que manejan los mayores volúmenes de recursos.