¿Qué pasa con la poesía cuando dos poetas se enamoran? ¿La abandonan por su pasión recíproca? ¿Entrelazan sus versos? ¿Se vuelven infinitas sus metáforas como reflejadas entre dos espejos? ¿Quién se queda con el sentimiento trágico de la vida, el éxtasis, las aliteraciones? En 1951, Joaquín Giannuzzi (1924-2004) y Libertad Demitrópulos (1922-1998), amorosamente unidos, decidieron repartírsela en secreto. Se conocieron escribiendo poemas, y ella se mudó a la prosa. Lo decidieron juntos, casi por cuestiones prácticas. Ella se volvió novelista, y de las mejores. Quizá simplemente mudando su lírica. Las novelas de Libertad son tremendamente poéticas (a veces el destino resulta de un arreglo entre pares).
Sus libros reabren las puertas de nuestra historia, o las derriban, a veces las patean
Puntualmente, sus libros reabren las puertas de nuestra historia, o las derriban, a veces las patean. Y aparecen porciones intactas que la ficción restaura, como si sus frases se confeccionaran con el sentimiento atávico de lo que pulsa indemne en distintas latitudes. Leerla acongoja. Por su tejido delicado, y al mismo tiempo, salvaje. Prosa poderosa que nos sume en el espanto y la belleza más profunda. También en la memoria, la que se teje y desteje, la que engendra el mito. Borges escribió: “La gran memoria cóncava es sin nostalgia” (vale detenerse en la construcción “es sin”…). Más cóncava la vuelve Demitrópulos, hasta convertirla en cauce de la Historia. Porque su mayor novela, Río de las congojas, es un caudal irrefrenable de episodios feroces, humanos, más verdaderos que reales, en tiempos de Garay, en tiempos de La Segunda Fundación de Buenos Aires a fines del siglo XVI, en tiempos de ríos cargados de hombres vivos y muertos, de anhelos y de abusos. Según Ricardo Piglia, “A pesar de nuestra pobre historia colonial –o a causa de ella– la literatura argentina puede jactarse de tres obras maestras que reconstruyen imaginariamente la conquista española del Río de la Plata. Río de las congojas es una de ellas, quizá la más pasional y la más lírica.” Con esa pasión le hace decir a uno de sus narradores, el introspectivo Blas (quien sabe si no también al poeta enamorado, en su propia casa) “¿De cuándo un hombre no tiembla por una mujer, y más si es la amada?”.
Esta semana se cumplen 100 años de su nacimiento. El domingo 21 se realizará el “Operativo Libertad”, gran festejo de su obra en el CCK.