COLUMNISTAS
LA HISTORIA NEGRA DE DARIO POBLETE, EL OFICIAL ACUSADO DE MATAR AL DOCENTE FUENTEALBA

La otra “Maldita Policía”

De las 521 denuncias por abusos policiales en Neuquén, 435 fueron archivadas. El cabo primero José Darío Poblete fue inhabilitado por 4 años pero lo dejaron volver a la Policía. Tuvo varias denuncias por apremios ilegales. Su primera condena se remonta al año 1998.

Lanata150
|

Es como ver, sin sonido, una película de guerra. Sin audio, el dolor se divide por la mitad: sólo personas corriendo, cosas estallando, dividiéndose, volviendo a ser partícula elemental. Una película sin sonido. El casco antimotines Argus MKIIA está hecho con material termoplástico UV para máxima protección contra impactos y penetración. Los ojos están separados de la vida por 2 milímetros de visor de policarbonato. Dos milímetros de policarbonato pueden ser mas anchos que la muralla china: el visor protege contra impactos de perdigones de acero de 6,5 milímetros a 200 metros por segundo. Sólo se escucha el sonido de la propia respiración rebotando, lento, contra la almohadilla del protector de nuca o del mentón. Adentro del casco no hace calor ni frío y el resto del equipo guarda la lógica de los beduinos: es mucho, y pesado, y las capas de protección y ropa rebotan cualquier temperatura. El escudo también es de policarbonato, que lo vuelve ligero y resistente a los golpes. Puede soportar embates de mazo, ladrillos, botellas y piedras. Tiene visibilidad sin distorsión. Una banda de espuma de uretano protege el antebrazo, y la correa es ajustable al brazo. Tiene un asa de acero cubierta con un jebe color negro. La separación entre la realidad y el escudo es de 3,8 milímetros.
Del otro lado, a 3,8 milímetros de silencioso policarbonato hay personas que quieren comer mejor, comprar un libro, salir alguna vez de vacaciones, armar una piecita de material, tener algún futuro.
Los que están debajo del casco y vestidos con el escudo se sienten filmando una saga de Blade Runner, pero la realidad es bastante mas patética y bizarra: parecen soldados galácticos en Somalía, enviados de una pesadilla del futuro que bien podrían estar del otro lado, en la parte de la película con sonido, reclamando por sus quinientos pesos, deseando de una vez dejar de robar migajas. Pero cuando la película comienza, y todos corren y el visor de policarbonato cumple su misión, los del casco sienten, por primera vez, que están en control de alguna cosa, en un territorio donde rige la ley de su estómago, de sus pelotas, y el poder se les para como el pito y entonces disparan sin mirar, como aquel conquistador español de Mujica Lainez que en la hambruna de la primera Buenos Aires se corta para comer su propio brazo, sin advertirlo. Quienes nunca pensaron salir en los diarios, de este modo salen: los desesperados que protestan, los desesperados que reprimen. El sistema recién los nota cuando se mueren, o cuando matan: tanto necesitaron llamar la atención.
La historia del cabo primero José Darío Poblete, que fusiló al maestro Carlos Fuentealba, no comenzó el 4 de abril en Neuquén y está lejos de ser un hecho fortuito. La historia de Poblete es tan antigua que entonces los piqueteros no se llamaban asi, sino “fogoneros”, y comenzó con la muerte de Teresa Rodriguez, hace diez años, durante la represión a las puebladas de Cutral-Có y Plaza Huincul.
Una larga y triste historia
Según el CeProDH (Centro de Profesionales por los Derechos Humanos, uno de los seis organismos de Neuquén) sobre 521 denuncias de abusos policiales formuladas en el 2005, 435 fueron pasadas a archivo; en la capital provincial hubo 289 denuncias y sólo 70 tuvieron requerimiento de instrucción para ser investigadas. En muchos casos –como en el “leading case” de Alveal, que veremos mas adelante–los jueces responsables de liberar a los policías implicados fueron ascendidos por Sobisch al Tribunal Superior de Justicia.
En junio de 1993 Pablo Ramírez fue asesinado por la policía en la puerta de su casa. El responsable, policía Abraham Apulef, fue condenado a dos años y medio de prisión pero al poco tiempo se trasladó a Zapala y siguió en funciones. En febrero de 1994 Edgardo Quilapan, de veintiún años, estuvo dos días desaparecido. Su cuerpo fue hallado luego muy golpeado y con un disparo en la boca. Aunque varios indicios señalaban la responsabilidad de la policía provincial en el hecho, la causa fue archivada. En abril de 1997 la empleada Teresa Rodríguez, de 25 años, fue asesinada por una bala de plomo policial. Teresa pasó rodeando la pueblada de Cutral-Có camino a su trabajo. Hay fotos que muestran a quince policías de la provincia disparando balas de plomo. Uno de los sobreseidos en la causa fue, precisamente, José Darío Poblete. En julio del año siguiente Roberto Muñoz, de 18 años, salió de una disco acompañado por dos policías. Su cadáver fue encontrado a pocos metros del lugar, golpeado y con marcas de esposas en las muñecas. La causa fue archivada. En junio de 2003 el estudiante Sergio Ávalos desapareció de otro boliche. Diversos testigos declararon haberlo visto en el baño siendo golpeado por personal de seguridad del lugar que hacía allí servicio adicional. El 25 de noviembre de 2003 la policía reprimió brutalmente a un grupo de desocupados en el barrio Ruca Che. Hubo 9 heridos con balas de plomo y Pedro “Pepe” Alveal, trabajador de Zanón, fue perseguido por motociclistas de la policía que le dispararon 64 impactos de balas de goma en todo el cuerpo y uno de ellos en el ojo izquierdo, que perdió. Fue detenido y estuvo cinco horas sin atención médica en las comisarias Primera y Dieciocho. Los policías responsables fueron liberados por los jueces Eduardo Badano y Roberto Fernandez (hoy miembros del Tribunal Superior de Justicia).Otros seis policías irán a juicio oral por abandono de persona y falta de atención médica. Al año del hecho, Alveal fue nuevamente detenido y golpeado en su ojo sano. Por este segundo hecho hay dos policías imputados, actualmente en libertad. En abril de 2004 Víctor Gabriel Guiñez perdió un ojo por bala de goma mientras esperaba el colectivo en el barrio Confluencia y la policía reprimía a un grupo de jóvenes del lugar. En el mismo mes del mismo año se denunciaron torturas a los detenidos en la cárcel local. La cúpula del Servicio Penitenciario fue removida pero la causa penal jamás avanzó. En septiembre de 2006 Luis Acuña y su hermano fueron interceptados sin razón por un móvil policial y les causaron diversas heridas con balas de goma. No hay detenidos ni imputados en la causa.
El prontuario de Poblete
El cabo 1º José Darío Poblete nació en Zapala, Neuquén, el 20 de junio de 1972. Fue condenado a un año de cárcel por apremios ilegales en 1998,lo que significó que lo exoneraran de la fuerza. Tuvo luego una habilitación judicial y volvió a la policía en 1999.
El 23 de agosto de 2006 fue condenado por segunda vez, con dos años de cumplimiento efectivo, por vejación policial en la vía pública, hecho sucedido en Zapala el 22 de marzo de 2003 cuando Gladys Montecino, vecina de un barrio humilde de la ciudad, salió a la calle al escuchar que sus hijos estaban envueltos en una pelea. Gladys buscó ayuda en dos policías que estaban en la esquina, y éstos llamaron a una camioneta del GEOP (Grupo Antimotines) que estaba circunstancialmente en la zona. El GEOP llegó, desarmó la pelea y también comenzó a pegarle a Gladys que rogaba que no se llevaran a sus hijos. Cuando Fernando Reyes, esposo de Gladys, se sumó a la escena, la mujer se retorcía de dolor, víctima de un culatazo en el estómago. A Reyes ni lo dejaron preguntar: en un segundo estaba en el piso, esposado con las manos en la espalda. Al incorporarse, uno de los policías le disparó con su Itaka en el pie. Después lo subieron en la camioneta, le quitaron el cinturón del jean, se lo pasaron por el cuello y lo colgaron de un gancho en el techo de la combi policial. Entonces lo golpearon hasta dejarlo inconciente. El equipo estaba a menos de doce cuadras de la comisaría, pero tardaron inexplicables treinta y cinco minutos en llegar. El juez Saguez dijo, en la sentencia contra Poblete, que “la fuerte golpiza, certificada médicamente, no guarda relación racional alguna con los hechos producidos en la refriega de vecinos”. Poblete fue condenado con cuatro años de inhabilitación como policía. La causa fue al tribunal de Casación, lo que significa que aún no está firme la condena. El 4 de abril, entonces, Poblete volvió a calzarse el casco y la vida apareció otra vez sin audio.

INVESTIGACION: J L / ROMINA MANGUEL / LUCIANA GEUNA (EN BUENOS AIRES)EDUARDO RUBIO (EN ZAPALA) ELIO BRAT (EN NEUQUEN)