Cuando escampa vienen los gorriones. Algo pasa en el césped y alrededor de los troncos de las ligustrinas, porque vienen con mucho apuro y andan a los saltitos siempre por los mismos lugares picoteando con afán digno, me parece, de mejor causa. Las palomas ni por casualidad. Cuando escribí la palabra digno pensé inmediatamente en las palomas. Mala gente, las palomas. Caminan y zurean como si fueran señoronas respetables pero son unos fieros bichos. Porque los gorriones, ellos andan a saltitos pero las palomas caminan, caminan de veras y vienen también cuando deja de llover y andan por todas partes.
Me acuerdo de haber leído hace mucho un artículo, vaya a saber dónde y vaya a saber de quién, titulado El lobo bueno y la paloma feroz. Creo que en ese momento mucho no le creí, pero después la experiencia me dijo al oído que sí, que era cierto. Cierto es también que tengo poca experiencia con los lobos y pocas ganas de tenerla, pero si creo en una parte del artículo citado, ¿por qué no lo voy a creer todo? Y las palomas son feroces. Se la pasan peleando entre ellas. No sé de dónde viene ese halo de paz, amor y felicidad que las rodea, incluso en manos de gente como Picasso, caramba. Probablemente tenga un origen bíblico. Don Noé, el del arca, largó un cuervo cuando calculó que había dejado de diluviar y el cuervo no volvió. Pero largó una paloma y ella volvió… ¡Y con una rama de olivo en el pico! De chupamedias nomás que era, me parece. Y entonces la santificamos. Pero usted se pone a mirarlas y no lo puede creer. Va una de ellas y se para en una rama, por ejemplo. Viene otra y se le tira encima, la pica, la empuja, la vuelve a picar hasta que consigue que se vaya y le deje la rama para ella sola. Va otra y encuentra una semillita en el césped. Viene volando otra y por poco no la mata a picotazos. Y eso todo el día. No se tienen no digo amor o comprensión. No se tienen paciencia. Solamente quieren pelear y si es posible, dejar a la otra hecha pelota. Ahora, con los lobos, la cosa es enteramente distinta pero se me terminó el espacio. Lo dejamos para otro día. Digo, si le interesa.
