Las relaciones internacionales y la política exterior son esferas de gobierno consideradas distantes a las preocupaciones e intereses de la población en general. Tanto es así que los antecedentes de interacción directa de ciudadanos con aspectos de la política exterior argentina se limitan al plebiscito nacional no vinculante realizado en 1984 con el fin de aceptar o rechazar el Tratado de Paz y Amistad firmado con Chile por el Conflicto del Beagle.
No obstante, a partir de la elección de este domingo, los argentinos podrán otra vez influir en esta área de gobierno a través de la elección directa de sus representantes en el Parlamento del Mercosur (Parlasur). Si bien abundan las críticas al Parlasur y sus candidaturas, pocos datos sistematizados se consideraron en el debate.
Las PASO de agosto último dejaron un saldo de 3.026.582 votos en blanco y anulados para la categoría de representantes al Parlasur por distrito único nacional, más del doble de los votos en blanco y anulados para Presidente. Esto fue interpretado como un gesto de repudio a la institución y a la elección de representantes para este cargo o como consecuencia del desconocimiento de los postulantes. Sin embargo, si se compara la suma de votos blancos y nulos para las categorías Parlamentario del Mercosur por distrito nacional y diputados nacionales se observa que no hay una diferencia estadísticamente significativa entre ambos. Si hubo una intención de castigar la elección directa de este cargo o desconocimiento de los candidatos, lo mismo ocurrió con los diputados nacionales.
En esta línea, a partir de encuestas públicas realizadas por el Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales (CARI) desde la creación del Parlasur (2005), el nivel de acuerdo con la existencia de un Parlamento del Mercosur nunca descendió del 68%. Considerando esto, resulta más convincente suponer que la cantidad de votos anulados y blancos al Parlasur se debe más bien al desconocimiento general de los postulantes que a un rechazo hacia la institución.
Cuando los argentinos elijan sus representantes para el Parlasur votarán por expertos en política doméstica, pero, en general, inexpertos en asuntos internacionales o de integración. Menos del 15% de los candidatos tiene alguna experiencia en asuntos ligados a esta materia. Esto es llamativo entre los aspirantes de distrito provincial, donde el número roza el 5%. Por otro lado, la gran mayoría de los candidatos tiene antecedentes como funcionario público (62%), postulante a cargos electivos (56%) o legislador (39%).
De todos modos, entrevistas con los principales candidatos por distrito nacional evidencian coincidencias tanto en el rol fundamental que tiene el Parlasur de llevar la voz de la ciudadanía a un bloque de integración que no se caracterizó por su apertura a la sociedad civil, como en que su influencia deberá ir en aumento.
Se sugirió que las candidaturas al Parlasur con figuras conocidas servirían para impulsar las de presidente o gobernador. Sin embargo, sólo los partidos oficialistas postulan candidatos con alto nivel de conocimiento. Entre los de distrito provincial, los oficialistas fueron casi cuatro veces más mencionados por los medios locales en los meses previos a la constitución de alianzas. A su vez, los aspirantes por distrito único fueron mencionados 24 veces más por los diarios de mayor circulación nacional y la agencia estatal de noticias Télam.
En síntesis, la definición de las candidaturas al Parlasur trasladó al nivel regional la lógica de nominación de la política doméstica, como premiar a referentes partidarios o traccionar otras candidaturas, sin generar un rechazo de la ciudadanía hacia la institución o los postulantes. Así, la definición de los candidatos constituye un ejemplo más de cómo, al decir del politólogo Andrés Malamud, la política exterior argentina es la política doméstica por otros medios.
*Politólogos de la Universidad de San Andrés.