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un final

La salida de Villa: sin comunicación oficial, solo hubo diálogos tensos entre dirigentes

Luego de que condenaran al futbolista colombiano por violencia de género a dos años y un mes de prisión en suspenso, un tratamiento psicosocial y talleres, el club demoró una respuesta. La mayoría de la dirigencia quiere rescindir, pero recibe presiones de todo tipo. Con contrato hasta diciembre de 2024, ahora deberá elegir entre tres finales distintos: finalizar el vínculo, venderlo a algún país que lo acepte o esperar una apelación y que continúe.

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Cercado. Villa fue condenado, pero no irá a prisión. Sin embargo, por una segunda causa en curso, puede terminar en la cárcel. | NA

La sentencia ya está. Es un hecho: dos años y un mes de prisión en suspenso, un tratamiento psicosocial y talleres. La duda –las preguntas, la tensión en las oficinas del club– ahora es qué hará Boca con esa condena a Sebastián Villa que muchos dirigentes relativizaron durante tanto tiempo. El futuro del futbolista colombiano está en esos diálogos con tres finales distintos: rescindir unilateralmente el contrato; esperar una sentencia firme en caso de que el abogado apele la medida y que siga jugando hasta que termine su contrato el 31 de diciembre de 2024; o venderlo al exterior.

El club está convulsionado por una noticia esperable –o previsible–, pero que no había sido dimensionada como tal. “Hay muchas presiones”, suelta un dirigente. Presiones que vienen desde concepciones distintas de determinados dirigentes ante esta clase de condenas judiciales –y en un contexto en el que ya no se relativizan algunas violencias– y presiones que también tienen una explicación económica. La fuerza u objeción del representante converge con algunas preguntas que surgen desde dentro del club: ¿qué club querrá comprarlo? ¿quién paga el año y medio de contrato que le queda? 

El antecedente del jugador Alexis Zárate circuló con fuerza ayer como una posible analogía. El 18 de septiembre de 2017, el Tribunal Oral 1 de Lomas de Zámora condenó a Zárate a seis años y medio de prisión por “abuso sexual agravado”. Tras una serie de apelaciones realizadas por su defensa, el exfutbolista de Independiente y Temperley viajó a Letonia en 2018 para jugar en el club Liepaja. Pudo ir por no tener aún la condena firme y porque ese país de Europa del Este no tiene acuerdo de extradición con Argentina. Pero luego, ante un fallo de la Suprema Corte de Justicia, fue detenido a comienzos de julio del 2020: Zárate cumple su condena en la cárcel de la ciudad de Saavedra, en Bahía Blanca.

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¿Pasará lo mismo con Villa? En caso de que viaje al exterior, hay algunos países que no le permitirían entrar. Estados Unidos o las principales ligas de Europa, por ejemplo. No pasaría lo mismo con otros torneos alternativos como Medio Oriente o Europa Oriental.

Boca, mientras tanto, hizo mutis por el foro durante toda la tarde de ayer. A pesar de que algunos dirigentes ya habían avisado que si había una condena el jugador no podía volver a jugar en la Primera, ante la noticia que surgió de los Tribunales de Lomas de Zamora, el club no se apuró en emitir un comunicado oficial ni nada parecido. Al cierre de esta edición, tanto en Brandsen –donde gobierna el presidente Jorge Amor Ameal– como en el predio de Ezeiza –donde gobierna Juan Román Riquelme– intentaban consensuar una postura común, algo que no sucedió en casi ningún momento desde que arrancó la actual gestión en diciembre de 2019. Quizás, esta situación de compleja resolución, genere alguna postura común. Hasta anoche, había cierto consenso de que la continuidad de Villa era imposible. 

En las próximas horas, habrá novedades.