La campaña para las PASO en Jujuy transitó por un inaudito nivel de violencia que encontró su pico el sábado, cuando el joven radical Jorge Velázquez recibió un balazo de calibre 22.
Tanto el candidato a gobernador Gerardo Morales, como los dirigentes y militantes del Frente Cambia Jujuy han sufrido ataques, acoso, apedreadas, destrucción de los carteles, e intimidaciones de todo tipo, siempre bajo el silencio cómplice del gobierno provincial.
Las acciones violentas de grupos vinculados a la candidata kirchnerista Milagro Sala y su agrupación Tupac Amarú, incluso, obligaron a la justicia federal a intervenir, ya que ni la policía ni los fiscales provinciales se le animan.
Jorge Velázquez, murió hace horas.
¿Nos damos cuenta los argentinos democráticos que mataron un chico de 22 años por militar pintando paredes y repartiendo volantes? ¿Nos damos cuenta los argentinos democráticos que mataron un chico de 22 años por militar en otro partido político que no es al que lo habían obligado a afiliarse para poder estudiar?
En Jujuy hay una formación especial –que también existe en otros lugares del país– que usa la violencia y la prepotencia como método de acción política. Además, la jerarquía de la organización controla las vidas de las personas, con vivienda, subsidios o posibilidades de estudiar o trabajar.
La UCR no necesita mártires. La democracia necesita convivencia.
Es imprescindible el inmediato esclarecimiento de lo sucedido. Es el gobierno nacional el responsable de la seguridad durante la campaña electoral que estos días se reinicia.
El gobierno provincial desertó y frente a su incapacidad de mantener el juego limpio, promueve violencia entregando poder a una formación especial que más se parece a “un grupo de tareas”, como –lamentablemente– expresó la señora Presidente días pasados, que a militantes defendiendo sus ideas en democracia. ¡Exigimos paz!
*Presidente H. Convención Nacional de la UCR.