COLUMNISTAS
Panorama // mccain y el factor sorpresa

La ventaja demócrata es abrumadora

Ocho de cada diez estadounidenses creen que su país se encamina en una dirección errada; es el mayor nivel de insatisfacción en 15 años. George W. Bush tiene 31% de apoyo en la opinión pública y está por debajo del 50% desde hace 38 meses. Los demócratas tienen una ventaja de 21 puntos con respecto a los republicanos y mantienen una diferencia semejante en los últimos dos años. Es una brecha similar a la que existió en la etapa Watergate.

|

Ocho de cada diez estadounidenses creen que su país se encamina en una dirección errada; es el mayor nivel de insatisfacción en 15 años. George W. Bush tiene 31% de apoyo en la opinión pública y está por debajo del 50% desde hace 38 meses. Los demócratas tienen una ventaja de 21 puntos con respecto a los republicanos y mantienen una diferencia semejante en los últimos dos años. Es una brecha similar a la que existió en la etapa Watergate. 
Los republicanos perdieron esta semana tres bancas cruciales en Mississippi (Deep South), como resultado de elecciones especiales. No fue una opción ideológica, sino partidaria. Los tres demócratas triunfantes se presentaron con propuestas conservadoras (anti tax, pro gun, pro life). En este estado, el más pobre de la Unión, Bush triunfó con el 64% de los votos en 2004. 
Surge una anomalía de relevancia: frente a la elección general del primer martes de noviembre de este año, John McCain, candidato republicano, está 18 puntos por encima de su partido; y en condiciones de empatar –o aun de ganar– frente a los dos precandidatos demócratas. La encuesta Washington Post/ABC News de esta semana muestra que si las elecciones fueran hoy, Obama se impondría a McCain 51% a 44%, y Clinton 49% a 46%.
En la performance de McCain juegan tres factores: en primer lugar, su penetración en el electorado independiente –cada vez más importante, aunque todavía no decisivo–; si las presidenciales fueran hoy, 51% votaría por Obama y 42% por McCain; si la disputa fuera Clinton vs. McCain, éste superaría a la senadora por Nueva York 49% a 46%. La fuerza de McCain radica en este sector y es la plataforma que lo separa de su partido: cuatro de cada diez independientes lo prefieren sobre cualquiera de los demócratas; pero si la opción es por un partido, el vuelco hacia los demócratas es total (2 a 1).
Probablemente la cuestión decisiva en noviembre sea la actitud de los trabajadores blancos (industriales y de servicios), que constituyen el núcleo fundamental de la “coalición demócrata” fundada por Franklin Delano Roosevelt en 1932. En este sector, McCain obtiene 12 puntos de ventaja frente a Obama (52% a 40%) y una diferencia similar ante Clinton. 
Por último, la guerra de Irak. Más del 60% de los norteamericanos rechaza la guerra de Irak, y McCain se ha convertido en los últimos dos años en el principal abanderado de la intervención. Mientras los norteamericanos rechazan la guerra de Irak, le otorgan 21 puntos de diferencia a McCain en cuestiones de “seguridad nacional” y “guerra contra el terrorismo”.   
La economía es la principal cuestión en debate en EE.UU. (36%) e Irak la segunda (21%); Obama se impone 2 a 1 a McCain en lo que se hace a capacidad para enfrentar la crisis económica. En el primer trimestre de 2008, el PBI creció 0,6%, un alza semejante al del último trimestre del año pasado. Es una caída de más de 4 puntos con respecto al tercer trimestre de 2007 (+4,9%). Las causas de esta desaceleración están en cuatro sectores: finanzas y seguros, negocios inmobiliarios, industria de la construcción, y minería. Frente a esta fuerza que impulsa una brutal contracción, dos factores empujan el crecimiento económico y actúan en forma contracíclica: el auge de las exportaciones (+15% en 2007) y el boom de las industrias de alta tecnología (+13,2%). 
Alan Greenspan, Henry Paulson (secretario del Tesoro), Standard & Poor’s y Lehman Brothers coinciden en que la crisis financiera ha quedado atrás, que la recesión estadounidense es “breve y leve” y que será continuada por una etapa de auge en el segundo semestre de 2008. Si esto es así, los estadounidenses votarán con la recesión a sus espaldas. 
Una especialidad demócrata es perder elecciones que “tienen ganadas”. En los comicios presidenciales de 1999, Al Gore fue derrotado por George W. Bush. Ese año, EE.UU. gozaba del período de crecimiento más largo, a la tasa más alta, desde que se llevan registros (1854), y Bill Clinton tenía el mayor nivel de respaldo a un mandatario desde el primer gobierno de Roosevelt (1932-1936).
Hay varias reglas en la política norteamericana, pero la principal es la continua irrupción de las sorpresas.