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Una experiencia exitosa

Las claves de Corea del Sur contra el coronavirus

Queremos que se conozca el trabajo realizado en mi país. Somos una nación organizada por una misma causa. Estamos tranquilos, pero atentos, confiados en que saldremos adelante porque estamos preparados.

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Seul (Corea del Sur) | AFP

Las noticias sobre el agravamiento de la situación en China llegaban a cada instante, hablaban de las posibilidades de una pandemia. La humanidad estaba nuevamente frente a un peligro que amenaza la salud de millones de personas.

Mi país seguía de cerca la evolución del coronavirus en la región. Hasta mediados de febrero, la situación en Corea del Sur estuvo controlada, sobre todo considerando la cercanía con el epicentro más importante del mundo, en Wuhan. Sin embargo, un brote de contagios comenzó a confirmarse en la ciudad de Daegu, la cuarta más populosa de mi país. Allí se dieron casos en una congregación religiosa que rápidamente se propagaron entre esa comunidad de adeptos, y eso generó que se esparza en la ciudad.

Comenzaba la batalla contra un enemigo invisible, pero también contra el miedo generalizado, la información errónea y los malos hábitos. El gobierno entró en acción de manera inmediata con un paquete de medidas. El objetivo: evitar el pánico y el desconcierto, contener los contagios, salvar vidas.

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Ante problemas que se aceleraban se dispusieron todas nuestras herramientas para contenerlos. La primera y más importante: información total y abierta. Para no caer en errores comunes, el gobierno eligió hacer extensiva a la población todos los datos disponibles, porque un pueblo informado y educado puede enfrentar con mejores herramientas la situación.

Mediante portales específicos, mensajes de texto a la población, acceso a través de celulares, puntos de información en distintos lugares y comunicados en medios, el gobierno informó cifras de contagios, zonas más afectadas, centros de atención disponibles. Corea permitió un seguimiento momento a momento de la evolución del virus. La buena comunicación reforzó la confianza de la población en las medidas institucionales.

Compartir a cada instante la información es una disposición muy importante para enfrentar este desafío, no solo para los coreanos, sino para el mundo entero. Con esta información, los casos de la península sirven para entender mejor cómo se propaga esta enfermedad y poder tomar las mejores medidas posibles.

Mi país ha logrado un desarrollo tecnológico importante en las últimas décadas, y la formación de un personal altamente capacitado. Aplicamos nuestro potencial técnico para enfrentar esta situación. Lo principal fue generar puntos específicos de diagnóstico de pacientes. Corea llegó a realizar hasta 18 mil pruebas por día. Somos el país que, en proporción, más testeos hizo en el mundo. Con estos centros se evitó el hacinamiento en hospitales y el contacto innecesario entre personas.

Para los casos de contagio, la atención fue pormenorizada, con seguimiento y tratamiento exhaustivo. También aplicamos toda nuestra tecnología médica en hospitales. El resultado es una tasa de mortalidad de 0,8%, la menor entre los cuatro países más afectados.

En los aeropuertos y vuelos también se realizaron testeos y medidas de prevención. Lo mismo en las rutas, con cincuenta estaciones de control para conductores con capacidad para realizar pruebas en 10 minutos, sin que el conductor salga de su vehículo.

Otro factor clave, fue la colaboración general de la población. La ciudadanía se volcó a cumplir con las indicaciones del gobierno, a tener en cuenta las políticas necesarias para enfrentar esta crisis. Esto ayudó a que no se vivieran momentos de pánico entre la población y que todo el tiempo se pueda tener un seguimiento científico del asunto. En estos casos, las instituciones del gobierno no pueden solas, sin el apoyo de la población es imposible. Y en el caso coreano se ve la unión armónica entre gobierno y ciudadanía.

Respecto a la vida cotidiana, sufrió modificaciones, pero sin un impacto tan grande. El control urbano, carretero y en aeropuertos, hizo innecesario aislar ciudades, barrios, o bloquear accesos.

Se priorizó generar distanciamiento entre personas, pero sin que esto genere grandes inconvenientes. Las clases fueron suspendidas en todos los niveles. Los trabajadores que pueden cumplir tareas desde su hogar son enviados a hacerlo. No hubo escasez de productos en supermercados ni aglomeraciones para conseguirlos. En Corea del Sur funcionan muy bien los servicios de compras online, por lo que la población puede resguardarse en su hogar sin necesidad de tener que salir a comprar comida, ya que ésta le llega a su puerta. El transporte funciona con total normalidad.

Además, el gobierno controló que no haya aumentos exacerbados de precios en barbijos, alcohol en gel, ni otros insumos específicos en esta situación, con multas para aquellos que se aprovechen del incremento en la demanda. Para sectores más necesitados y lugares sensibles, el gobierno repartió insumos de forma gratuita.

La embajada de Corea en Argentina, pendiente de la coyuntura, tomó medidas precautorias hace semanas. Aquí se destaca el esfuerzo de los miembros de la comunidad coreana en Argentina en mantener cuarentena desde antes de los avisos del gobierno y medios argentinos.

Los coreanos locales se anticiparon y se aislaron hasta confirmar que no estuvieron expuestos al virus, con el pedido expreso de la embajada de que cualquier miembro que presente síntomas debe notificarlo a las autoridades locales. Es la cooperación coreana para dar total apoyo al Estado argentino en su lucha contra el coronavirus. A su vez, el Centro Cultural Coreano suspendió sus actividades para el público. Nuestras instalaciones tienen desde hace tiempo solución desinfectante para personal y visitantes, barbijos a disposición, termómetros, e información general sobre la enfermedad.

Los coreanos estamos orgullosos de cómo respondimos a esta pandemia mundial y de los resultados obtenidos hasta ahora. Sabemos que es una información necesaria y que debe ser compartida con el resto del mundo, por eso queremos que se conozca el trabajo realizado en mi país. Somos una nación organizada por una misma causa. Estamos tranquilos, pero atentos. Estamos confiados en que saldremos adelante porque estamos preparados. Este no es solo un desafío para Corea, es un desafío para el mundo entero, y necesita que todos estemos dispuestos a cooperar para superar esta problemática.

(*) Embajador de la República de Corea.