Lousteau debe haber pensado después que es la segunda vez que le pasa esto. Carrió podría haber mirado al público con su gesto de asombro mortal, podría haber mirado a Pino o agarrarlo del saco y pedirle que pare, podría haber buscado a Cobos del otro lado de Pino o incluso a Prat Gay; pero mira a Lousteau, quien otra vez quedó obligado a mostrar un episodio que debería quedar en la intimidad.
La política es una disciplina que cuida en extremo sus formatos de exposición pública. Todos lo hacemos, como diría Goffman, representando escenas múltiples y en grupo todo el tiempo. Una representación supone un componente de no verdad, ya que ella misma es la encargada de personificar una caracterización hacia afuera que no tiene que ver con un adentro real de ese ser. Cuando la gente vota, lo hace pensando en lo que ve representado ya que no tiene acceso al interior de los políticos.
Pero Carrió y Pino se parecen en algo que los hace diferentes al resto de los allí presentes. Aunque resulte extraño, ellos dos en ese segundo están en sintonía, en tanto son sólo un “aquí y ahora”. Ni Pino ni Carrió están montando ningún personaje, son justamente eso que pasó. Uno que habla sin registrar el entorno y sin parar a medida que se va enojando mientras habla (ni se inmuta cuando se va Lilita); y otra que ni piensa en guardar las formas; si algo no le gusta, se levanta y se va.
Si se observa el video en detalle, da la sensación de que la única que lo está escuchando con profundidad es ella misma, la única que ingresa en un tiempo de pánico por lo que dice Solanas es Lilita. Todo el resto aplaude cuidando las formas de esa representación ficcional que es UNEN. ¿Está escuchando Cobos lo que dice Solanas?
Si la opinión pública tuviera que clasificar a UNEN, lo haría como un grupo de dos bandos bien diferenciados: Binner y Solanas hacia la izquierda; Cobos y Carrió más hacia la derecha y Ernesto Sanz como potencial candidato a vice de ambos grupos. Esta clasificación del público votante debe coincidir con las preferencias internas de ellos mismos. Cobos no debe ser un rechazador de la opción de unidad con el PRO y parte del público detecta eso. En caso de que Macri genere una alianza con parte de UNEN, lo haría sólo quebrándolo, tal como la salida de Carrió demuestra. Ella lo quiere adentro del espacio, él, afuera.
Pero Pino habla y Cobos aplaude como un autómata, Cobos en ese momento es sólo un personaje, una representación pura. Lilita es puro presente y realidad, riesgo y audacia. Imagino a Lilita desempatando la votación de la 125 con un discurso de una hora y media, y no repleta de miedo.
En YouTube uno tiene acceso al instante a una cantidad de archivos fabulosos. Me encuentro de repente con la sugerencia de ver un almuerzo de Mirtha Legrand en donde habían estado invitadas Cristina Kirchner y Elisa Carrió en 1999. Es asombroso escuchar y ver a ambas políticas diciendo lo mismo que hoy. Cristina habla del horror de la dictadura, Carrió habla de la Justicia y la impunidad. La Presidenta y Lilita en ese momento son puro “aquí y ahora”, no hay prácticamente representación. Esas mujeres allí sentadas son las mismas de hoy.
Si Lousteau pudiera reaccionar con mayor espontaneidad al gesto de Carrió, podríamos estar hoy hablando también todos de él, pero dejó pasar la oportunidad y se sintió incómodo. A los segundos hizo otro gesto a Roy Cortina con los hombros como no entendiendo lo que pasaba.
Obviamente que entendía, pero no sabía qué hacer. Segundos antes, Carrió sí supo qué hacer.
Cuando los Beatles construían un mundo musical perfecto, Brian Wilson, de The Beach Boys, competía en soledad con ellos. Los Beatles admiraban el trabajo de Wilson y Wilson, el de ellos. Wilson hizo sólo la maravilla Pet Sounds, los Beatles respondieron en equipo con Revolver y luego con Sgt. Peppers. Wilson quiso volver a responder, pero ya sin suerte psicológica. A veces los caminos en soledad son auténticos, pero sin suerte en el momento que ocurren.
Tal vez el tiempo muestre que la que pase a la historia sea Lilita, y no los que aplauden sin escuchar o hacen gestos sin saber qué hacer. La gente también ve eso, aunque no siempre por eso los vote.
*Sociólogo. Director de Ipsos-Mora y Araujo.