Breve repaso a la reacción de tres presidenciables ante la injustificada ola de linchamientos:
◆ Scioli vuelve a intentar mostrarse como hombre de gestión, no como un opinador. Claro que hace ya siete años que está al frente de la provincia más importante del país y donde más impacta la inseguridad. Además de que repite la misma fórmula (la “emergencia) que en su momento decretó su antecesor, Solá (hoy massista), con escaso impacto.
◆ Macri se subió a la idea cuasi justificadora de la ausencia de Estado. También lleva siete años al frente de la Ciudad, y no parece hacerse cargo de su responsabilidad al respecto, especialmente cuando impulsó una fuerza metropolitana. Más allá de lo poco grata que resultó su frase acerca de la alegría de tener una hija viviendo en el exterior, muestra que dice lo que piensa, aunque a veces sea políticamente incorrecto.
◆ Massa volvió a hacer gala de su oportunismo y demagogia. Tanto para criticar todo y a todos (en parte gracias a que él no gestiona nada), como para ratificar sus posturas de mano dura y respeto a la ley según sobre quién se deba aplicar.
Es una pena que los tres candidatos a la presidencia se hayan dejado seducir por el embrutecimiento social y político que conlleva combatir la violencia con más violencia. Y que ninguno haya puesto el ojo en una reforma profunda de nuestras fuerzas de seguridad, donde anida el huevo de la serpiente.
