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Lorererenzetti y la doble vara

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Resulta cuanto menos curioso. Si alguien dice oponerse a las reelecciones continuas de los cargos y remarca que las instituciones están muy por encima de las personas, llama la atención que acepte mansamente ser re re reelecto.

Ricardo Lorenzetti fue reelegido para iniciar su cuarto mandato consecutivo como presidente de la Corte Suprema de Justicia, ocho meses antes de terminar el tercer período. Por lo que trascendió, la decisión la impulsó su colega Juan Carlos Maqueda y la avalaron los otros dos cortesanos, Elena Highton de Nolasco y Carlos Fayt.

La novedad no sólo contradice lo que en teoría (no necesariamente en la práctica) pregona Lorenzetti. También es imprevista –no estaba siquiera en la agenda– y sinuosa en el mensaje que se pretende dar.

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Para intentar desentrañar qué motivó esta decisión, repasemos la explicación dada desde Clarín y La Nación, usuales receptores y emisores de lo que un sector del máximo tribunal (y de la Justicia) quiere que se divulgue:

  • “La decisión de la Corte muestra una vez más la fuerte preocupación que existe entre los magistrados ante un posible embate político del Gobierno y la decisión que tienen los jueces de no dejarse avasallar y blindar la actual composición del cuerpo”, se interpretó en la cortés columna judicial del diario centenario.
  • “Con la idea de fortalecerse y blindarse frente a posibles ataques políticos, en un año electoral que comenzó agitado”, se analizó en el buque insignia del multimedio.

Las únicas críticas partieron del planeta político y mediático kirchnerista, obviamente.

No hace falta una frondosa imaginación para adivinar cómo se hubieran invertido los roles en las (im)posturas sobre el mismo hecho si Lorenzetti fuera integrante de Justicia Legítima.

“La grieta”, al igual que la doble vara, no perdona a nadie y es alimentada por muchos y muchas.