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Los invictos

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Warning: los datos y hechos que se recopilan aquí pueden alterar la presión, hinchar las pelotas, provocar erupciones en la piel y activar una súbita ira. El exceso de bilis se vomita con sucesivas puteadas frente al espejo del baño. Al quinto o sexto insulto se podrá notar cómo la vena yugular comienza a desinflamarse. Si los síntomas no se alivian, recurrir al 0800-afiliado-boludo, teclear la cantidad de tiempo de espera que considera va a pasar antes de que esto cambie y, si alguien lo atiende, reclamar: “¡protestame ésta, papá!”.
Hace 51 años, cin-cuenta-y-un-años, que Ramón Baldassini es el secretario general del sindicato de Correos. Treinta y uno, tres-uno, 31, trein-ta-y-uno, que Omar Viviani controla el gremio de los tacheros y, además, le da una mano a los propietarios de flotas de taxis, que cobran el alquiler por día. Los choferes salen a trabajar mil pesos abajo y tienen que manejar doce horas para ganar algo. ¿Podrá la competencia con el sistema Uber desatar el nudo de la soga que ahorca a tantos peones de taxis?
Amadeo Genta, municipales, 31 añitos en el cargo. Guillermo Pereyra, petroleros privados, 30 años. Luisito “paremos de robar dos años” Barrionuevo, 29 en Gastronómicos. Rodolfo Daer, 29 años, Alimentación. Carlos West Ocampo, 29 en Sanidad. Armandito Cavalieri, 28 años en Comercio. José Luis “Cloro” Lingieri, 28 años en Obras Sanitarias. Hugito Moyano, 27 años culo camión (y por muchos más, porque le está enseñando a manejar el gremio a Pablito). Andrés Rodríguez, 24 años al frente de los estatales (UPCN). Es decir, Unión Para Cuidar la Nuestra.
Hay uno en particular que merece ser destacado especialmente porque es un símbolo de la “resistencia” a los patrones. Gerardo Martínez lleva 24 años al frente de la Unión Obrera de la Construcción (Uocra), cargo al que accedió por mérito propio después de simular que era un albañil cuando en realidad colaboraba como agente de los servicios de Inteligencia de la dictadura. La ficha y la foto que pueden rastrear en internet son la prueba de su lealtad.
A estos “buenos muchachos” que hicieron fortunas con los retornos, las coimas, la extorsión, los aprietes, la administración fraudulenta de las obras sociales, les cayó mal el proyecto de ley de la Gorda Carrió. ¿Cómo va a pedir que se los obligue a presentar “declaraciones juradas” de los últimos cinco años fiscales en los términos de la ley de Etica Pública? Una barbaridad. Si ninguno tiene casi nada para declarar... en blanco y a su nombre. La Gorda sola contra los Gordos es una pelea muy despareja si no colabora la política y la Justicia.
Cada tanto, por excesos, de pastillas, de poder, de ambición, se sabe algo de lo que ocultan. Hace mucho, en los 70, cayó Cavalieri, acompañado de su entonces socio y abogado, el actual diputado Héctor Recalde. Ambos, se comieron tres meses de cárcel por estafa pero, desde entonces, ya no los pudieron agarrar nuevamente. A José Pedraza, de la Unión Ferroviaria, lo fueron a buscar a un piso de dos millones de dólares en Puerto Madero y lo condenaron por el asesinato de Mariano Ferreyra. Tenía que estar en cana hasta el 2026. El año pasado le dieron la “prisión domiciliaria” porque ya era mayor de 70 años.
Uno, o dos, no compensa tanto crimen. Tantos años de tanto afano. Si se hiciera una lista de los tipos más ricos del país, identificando a familiares y testaferros,  quince o veinte serían dirigentes gremiales. Cuando se intenta reformar la ley para que se limiten sus mandatos y se garanticen elecciones libres, se invisten y blindan en sus discursos de “lucha”. Ellos son los Lázaro del “país Báez”, los únicos que siempre se levantan y caminan sobre los muertos. Los que nunca pierden, los invictos del sistema.

*Periodista.