Tal como señalamos en enero en estas columnas, por la magnitud de la devaluación y analizando el patrón de impacto sobre precios de la devaluación del año 2014, la proyección de inflación anual supera el 40% para la CGT y el conjunto de consultoras privadas.
Siendo grave el ritmo de aumento de precios, su poder de deterioro sobre la vida cotidiana es muy superior cuando los mecanismos de transferencia de ingresos a los hogares se encuentran muy retrasados respecto a la inflación y el impacto negativo sobre el consumo de este desfasaje es enorme. En el gráfico se observa la evolución de los precios según el IPC de San Luis, la evolución de las Jubilaciones y los salarios formales y el impacto sobre el consumo doméstico en el primer cuatrimestre.
Como se observa, mientras la inflación proyecta el 29,2% las jubilaciones se actualizaron un 15,4% y los salarios convencionados un 14,4%, proyectando un promedio de 29% de actualización para todo el año.
Así las cosas, no sorprende que la caída interanual del consumo doméstico alcance al 5,8% en abril, según datos de CAME, y la perspectiva a mayo sea profundizar su caída.
Al respecto las caídas de ventas de Mayo según datos de CAME muestran un panorama desolador: Golosinas -15,3%, Jugueterías/Rodados -11,5% Deportes -9,1%, Mat Eléctricos -9,4%, Electrodomésticos/ Art Elect -19,6%, Materiales para la construcción -12,7%.
La consecuencia de este desmoronamiento del consumo doméstico es fácil de imaginar y ya es habitual en la historia reciente de nuestro país: el inicio de una ola de despidos motorizado por la pymes, que se empalma en este caso específico con los 35.000 despidos estatales, los 50.000 en la construcción por la parálisis de la obra pública y el descalabro que la parálisis de la construcción supone para las actividades relacionadas y los puestos de trabajo indirectos que genera esta actividad multiplicadora. Por cada puesto directo que genera o destruye la construcción se generan o destruyen otros dos indirectos, muchos de ellos informales.
A pesar del ocultamiento de datos oficiales con la complicidad de un INDEC con ritmos vaticanos para mantener el apagón informativo en su variante estadística, está claro que estamos frente al gobierno democrático que más daño social imprimió en solo un cuatrimestre, desde el año 1983.
En esta perspectiva, esta tercera ola de neoliberalismo que sacude al país cumple de manera estricta con el manual de uso tradicional de este nefasto modelo socio económico: caída vertical del consumo doméstico, deterioro salarial sostenido, desempleo en alza, empobrecimiento generalizado y aumento de la conflictividad social.
El gobierno ha tomado nota de la dirección en que marcha en cuanto a conflictividad social y ya ha resuelto el protocolo ati piquetes y devuelto autonomía a las FFAA mediante el Decreto 721/2016.
Con esta decisión se modifica las facultades delegadas al Ministro por el Presidente, restringiéndolas, en comparación con los Decretos de los años 1984 y 1985, y transfiriéndolas a los Jefes de los Estados Mayores Generales y JEMCO. El Decreto 721/16 deroga el Decreto 436/84 y modifica el Decreto 101/85, ambas normas dictadas por Alfonsín, con lo que esto implica en materia de retroceso institucional sin que ninguno de los socios radicales de Cambiemos abriera el pico, mostrando de paso el lugar insignificante que ocupa la porción de la UCR en Cambiemos.
Para cerrar el círculo, esta semana que pasó, en un lamentable fallo, la Corte decidió que sólo los sindicatos pueden llamar a huelga, restringiendo ese derecho de manera absoluta a la decisión de las cúpulas gremiales, hasta hoy la mayoría muy amigables con el gobierno.
En fin, ¡basta de pálidas! Nos acercamos al segundo semestre y como nos entusiasma Gaby Michetti, ya se verá la lucecita al final del túnel. Eso sí, al paso que vamos, esperemos que fulgor, no parta de una locomotora que nos viene de frente, estimados lectores de PERFIL.
(*) Director de Consultora Equis.