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Lujos pandémicos

1-11-2020-Logo Perfil
. | CEDOC PERFIL

Hace casi dos milenios el faraón de Egipto, Ptolomeo IV Philopator, debió enfrentar al formidable ejército de Antíoco III Megas. Nadie daba un mango por su futuro. Pero contra todo pronóstico, lo derrotó en la batalla de Rafia (217 a.C.), así que decidió festejar el triunfo a lo grande, durante incontables noches y días, con sus putas y sus sacerdotes, con sus arúspices y sus magos, con su corte y sus eunucos y sus chongos, y mandó construir un palacio flotante llamado Thalamegos, con el que recorría el Nilo de arriba abajo, ida y vuelta. 

La base del Thalamegos, chata, le permitía desplazarse por el río sin necesidad de dragado; en cambio era alto como una torta del baby shower de la gorda, gorda, para evitar el chasco de que durante una tormentita las olas salpicaran las vestimentas de lino real de los invitados. Si querés darte una idea aproximada del tamaño, ya que no encuentro el video, pensá en una especie de gigantesco Buquebús sin free shop y sin esa mersa acumulación de asientos. Antes de comenzar la descripción del interior, déjame decirte una cosa: el lujo no es vulgaridad, es efecto de una intensa selección y su destino es brindarnos la falsa ilusión de que la vida es el ensueño dichoso de vivir a lo pavote tirados en la arena. Por lo tanto, el lujo es una enseñanza moral y su primera víctima somos nosotros. 

Bien. Estoy muy ocupado, gorda, así que te abrevio. Thalamegos. Salas de fiestas y banquetes. Vestíbulos. Proscenio techado. Sala mayor, con capacidad para veinte lechos, construida de cedro escita y ciprés milesio. Puertas guarnecidas de marfil y oro, clavos de bronce rojo dorados al fuego. Columnas de ciprés y capiteles corintios adornados de oro. Entablamiento de oro macizo. Frisos. Techos tallados. Una alcoba de siete camas –de uso exclusivo de Ptolomeo IV– unida por un corredor estrecho al gineceo. Estancias exclusivas para mujeres. Desnudas y perfumadas con esencias de sándalo. Templos para divinidades, con templetes repletos de estatuas. Salones con columnas de mármol índico. Cornisas enchapadas de oro hasta el arquitrabe. Cavernas que simulaban la piedra, hechas de piedras preciosas. Salas de dibujo, termas, sala de lectura en forma de reloj de sol, comedor, jardines. Gymnasium. ¿Te gusta el barquito? Estaba como para navegar hasta Miami, pegar la Pfizer y después quejarnos de que no nos dejan volver a la patria, gorda.

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