Las personas brutas (quiero decir: las que no leen los diarios, las que desconocen las plataformas de los partidos políticos y los antecedentes de los candidatos) no deberían votar y, sin embargo, lo hacen. Es que el voto es un derecho universal, y está bien que así sea.
Las personas reaccionarias (los editorialistas de La Nación), deberían abstenerse de escribir sus pareceres y, sin embargo, lo hacen. Es que la libertad de expresión es una garantía constitucional. Y está bien que así sea.
Por lo general, Ignorancia y Reacción van de la mano, alegremente, por el mismo sendero. Leo esta alarma en un editorial de La Nación: el debate parlamentario a propósito de la universalización del derecho al matrimonio “enciende una luz roja en el horizonte que obliga a considerar los esencialísimos valores de carácter moral y de orden natural que podrían resultar afectados”. El editorialista de La Nación, que goza del superlativo, considera que el matrimonio, lejos de ser una institución legal (y, por lo tanto, sujeta a derecho) es una institución “natural”, aberración que sólo la ignorancia supinísima de los textos de Aristóteles podría sostener. Como es bien sabido por cualquier estudiante secundario, para el estagirita la democracia es el único estilo político que debía aprenderse porque no existe en la naturaleza. ¿O será que, para La Nación, Aristóteles es un “seudoprogresista” o un velado “gramsciano”?
Pero como no hay dos sin tres, Ignorancia y Reacción se encuentran fatalmente, en los caminos del Señor, con Vileza. Y el editorialista de La Nación afirma, en otra pieza ignorante, reaccionaria y vil “que los menores que viven y son criados por parejas homosexuales han padecido fuertes emociones, como miedo, inseguridad, ansiedad, aprehensión, vergüenza y enojo al tratar de esconder o negar la homosexualidad de los «padres, molestarse por recibir sobrenombres dolorosos y alteración de sus amistades»”.
La amenaza del editorialista de La Nación es clara: como nuestros hijos (ignorantes, reaccionarios y viles) ejercerán violencia contra los de ustedes, mejor es que ustedes no puedan adoptar.