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Macri lo hizo

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No hace falta imaginar el delirio y la exageración de los festejos por el Bicentenario que el régimen anterior nos hubiera deparado: Boudou repartiendo billetes conmemorativos desde una camioneta, pastelitos de dulce de membrillo arrojados desde el Obelisco por las huestes de De Vido, una telenovela de carácter histórico en cadena nacional protagonizada por Andrea del Boca, mil bailarines de malambo sacando chispas en las avenidas de la Ciudad de Buenos Aires, invocaciones huecas a la Patria Bolivariana y denuestos hipócritas contra los Estados Unidos. Latrocinio y Fiesta: lo que tanto nos divirtió durante la década pesada. Sencillamente interrogo lo que vimos por televisión.

¿Quién podía invitar a los festejos del Bicentenario al rey emérito de España, cruel cazador de elefantes? Macri lo hizo.

¿Quién podía recibir al penúltimo representante de la casa de Borbón-Anjou, la dinastía que reemplazó a los Austrias y que transformó las dependencias americanas de reinos relativamente autónomos en colonias totalmente dependientes de la Metrópoli, excluyendo de la administración a los criollos, creando un nuevo virreinato (el del Río de la Plata, en 1776) para mejor controlar el comercio y estableciendo el cargo de intendente para reforzar el control social de las colonias? Macri lo hizo.
¿Quién podía incluir en los festejos del Bicentenario argentino a la banda militar del Reino de España, que graciosamente sopló los vientos de la Marcha Imperial de Star Wars (¿a quién no se le heló la sangre?) y, como si eso fuera poco, finalizó su intervención con “Que viva España”? Macri lo hizo.
La falta de sentido histórico (en relación con el pasado, pero también con el futuro) de las celebraciones fue tan evidente que casi no tiene sentido subrayarlo. Mejor es subrayar que hacía frío, y que ya tenemos las cuentas de electricidad y de gas para saber cómo es el comienzo de nuestra tercera centuria.

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