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Macri lo hubiera hecho mejor pero prefirieron a Milei

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Caputo corazón. Lo que nunca hubiera soñado un ministro de Economía, ser vitoreado por fans, ocurrió en el Luna Park por partidarios de La Libertad Avanza. | X.COM

Desde el filokirchnerismo siempre se percibió a Javier Milei como el caballo de Troya de Macri. Que para el fundador del PRO, Rodríguez Larreta no tenía la determinación para hacer lo que él había dicho que había que hacer: “Lo mismo, más rápido” y que Patricia Bullrich no tenía el mínimo conocimiento económico, mientras que, como Javier Milei reunía las dos condiciones: determinación y conocimiento económico, lo prefirió siempre a los candidatos de su propio partido.

Finalmente, Luis Caputo como ministro de Economía, Patricia Bullrich como ministra de Seguridad y Federico Sturzenegger como virtual ministro de desregulación económica es macrismo puro 2015 sin los pruritos republicanos de Marcos Peña y Elisa Carrió. Pero Mauricio Macri lo hubiera hecho mejor que Javier Milei, comenzando por lo más estratégico: nunca se hubiera enemistado con los gobiernos de tres de nuestros principales clientes comerciales: China, Brasil y España, y hubiera podido mantener su amistad personal con Trump sin indisponer a Biden durante el año de campaña.

Caputo, Bullrich, Sturzenegger... puro macrismo 2015 sin pruritos de Marcos Peña y Carrió

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Con los buenos oficios de Miguel Ángel Pichetto ya tendría aprobada la ley Bases desde diciembre (lo mismo hubiera logrado también Rodríguez Larreta) y alcanzado el equilibrio fiscal dañando menos el aparato productivo (lo mismo hubiera hecho Bullrich por Carlos Melconian). De hecho, en 2019 Macri entregó el gobierno con solo un 0,5% de déficit fiscal y superávit comercial de casi el 4%, teniendo cepo solo los últimos cuatro meses.

Tampoco Macri se hubiera peleado con los medios y los periodistas, ni con los economistas más respetados, ni hubiera tenido de secretario de Culto a quien recomendó derogar la ley de divorcio porque “los hijos de padres separados tienen peores notas en el colegio”, además de la despenalización del aborto “para poblar el país”, como propuso Francisco Sánchez.

Si Milei fue electo y Macri no hubiera sido competitivo electoralmente, lo fue casualmente no por la economía sino por todo lo que Milei hace y no haría Macri. Y la foto que ilustra esta columna, donde en el Luna Park el miércoles el ministro Caputo fue idolatrado por una muchedumbre de partidarios de Milei –todos hombres muy jóvenes–, tampoco hubiese sido posible si Caputo hubiera sido ministro de Macri con las mismas medidas.

Si así fuera, podríamos conjeturar que Javier Milei no fue elegido por sus ideas económicas, lo que de alguna manera podría explicar que su popularidad se mantuviera a pesar de la profunda recesión que generaron precisamente sus medidas económicas. Y esos jóvenes que vitoreaban al ministro Caputo tampoco entendían bien quién era John Maynard Keynes cuando insultaban al célebre economista con cánticos tribuneros en el Luna Park. 

Una serie de sondeos difundidos ayer por Clarín bajo el título “Las encuestas confirman que a Javier Milei lo bancan los pobres” cita el de Opina Argentina que, además de indicar que la aprobación a Milei mejoró respecto de los meses anteriores, cuando se discrimina la información por clase social esa aprobación sube entre los más pobres.

Así como el economista Guillermo Calvo había dicho en 2019 que al peronismo se le toleraba hacer ajustes económicos que a los no peronistas se les impedían (a Menem sí, a De la Rúa no), se podría pensar que a un plebeyo como Milei se le permitan políticas que a cualquier representante de alguna forma de elite (económica, social o académica) no se le tolerarían. Sesgo de clase frente a alguna forma de capital material o simbólico. Y quizás hasta las falencias de Milei lo hagan más a cercano a sus votantes, como a Menem en los 90.

Lo que demostraría una vez más cuánto más tiene de estética –en sentido filosófico– que de ideología el sentido de pertenencia al peronismo, que por sobre todo es antielitista. Las formas menos refinadas de Milei empatizan mejor con los sectores más populares, fenómeno que también podría explicar la mayor aprobación que recibe en el interior.

Si hay que ajustar mejor, que lo haga un plebeyo, parecen indicar las encuestas entre los más pobres

La estética explica también la adhesión de Milei a la nueva derecha internacional (una versión inversa de la Internacional Socialista del siglo XX), cuando las políticas económicas de Milei no tienen nada que ver con el nacionalismo proteccionista que caracteriza a Trump, entre los más notorios, pero sí las formas más brutales de expresar sus ideas. Lo que también explica que Trump obtenga más votos en el interior de su país y entre las clases sociales más bajas.

Lo que resta ver es si la economía de Milei, tan distinta de la extrema derecha del hemisferio norte, terminará cosechando resultados parecidos a la presidencia de Macri y no a la de Menem, si los sectores de menores recursos lo seguirán apoyando. Un experimento bien sui géneris, como sabemos producir los argentinos con cierta regularidad.