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Macri Vuelve

El retiro de toda especulación sobre desdoblamientos electorales en CABA y Buenos Aires confirman nuestra hipótesis de que la centralidad de Mauricio Macri dentro de Cambiemos, es la misma que la de Cristina Kirchner al interior de Unidad Ciudadana o en su momento del Frente Para la Victoria (FpV).

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El tiempo dirá. ¿Hasta dónde llegará la caída del actual y el crecimiento de Cristina? | cedoc

El retiro de toda especulación sobre desdoblamientos electorales en CABA y Buenos Aires confirman nuestra hipótesis de que la centralidad de Mauricio Macri dentro de Cambiemos, es la misma que la de Cristina Kirchner al interior de Unidad Ciudadana o en su momento del Frente Para la Victoria (FpV).

El volumen electoral y liderazgo político de Mauricio Macri es irreemplazable. La suposición de que la figura del Presidente puede ser sustituida por alguna de las dirigencias ejecutivas del universo Cambiemos, ofrecidos como eventuales reemplazos es literatura fantástica. El ordenamiento tras el liderazgo de Macri responde a una racionalidad política y electoral estricta.

En el caso de los “sustitutos” más visibles, Vidal y Larreta, es muy evidente que en volumen electoral juegan en ligas menores y que más allá de las caricias al ego que le propician sus encuestas a medida, a ambos Macri los hizo candidatos, se instalaron de su mano y ganaron sus distritos por ser sus creaciones. Entonces, si le va bien a su padre tutor o encargado, reeligen, si le va mal, se van con él.

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No hay otra alternativa de liderazgo en Cambiemos como no lo hay en Unidad Ciudadana. Sí se puede discutir el peso de los partidos de la alianza Cambiemos en algunas provincias, como el de la Unión Cívica Radical en Córdoba, pero no son liderazgos nacionales.

A nivel nacional va quedando claro que el sistema, de preferencias de cara a octubre se polariza aún más, manteniendo en las figuras de Macri y Cristina sus referencias principales e irreemplazables.

Se trata de un escenario electoral estricto para ambos liderazgos del que debe señalarse su dificultad de pronóstico, más allá de las encuestas publicadas

Sin embargo, podemos considerar el último capítulo electoral para fundamentar nuestro análisis sobre la complejidad del escenario de octubre.

Si en las elecciones parlamentarias del año 2017, con crecimiento económico, despliegue de obra pública, mayor nivel de empleo, menos pobreza, actualización de salarios, jubilaciones y pensiones en línea con la inflación y sin el despliegue pleno de los tarifazos ni la carestía de 60% anual en alimentos –que solo en enero supuso un 10% de aumento–.

En esas condiciones socioeconómicas –que tras el rescate del FMI parecen paradisíacas y no se repetirán– en el principal distrito nacional, el que fija la media electoral del país y con la líder opositora sometida a persecución mediática y jurídica impiadosa y hasta obligada a fundar un espacio de representación nuevo como Unidad Ciudadana a solo 60 días de los comicios para competir, incluso, contra el sello histórico PJ.

Con todo este arsenal de fuego oficialista combinado Cambiemos se impuso por apenas 3 pp, marcando la peor elección de medio mandato desde 1983 con excepción de las de octubre del año 2001 y 2009: ¿qué podrá esperarse que ocurra en octubre del año 2019?

 Difícil de pronosticar, pero el índice de dificultad para el oficialismo ya no de mejorar sino repetir el 41% que obtuviera en octubre de 2017 es muy alto y lo más probable es que caiga por debajo de aquél registro en una magnitud hoy inestimable.

En contrario sensu el volumen electoral de Cristina Kirchner tiene como piso el 38% obtenido en 2017 y es muy probable que crezca apalancado en el nivel creciente de insatisfacción de un segmento extenso de votantes oficialistas –muchos de ellos ya habían acompañado electoralmente a Cristina Kirchner entre los años 2007 y 2013 y no votaron a Daniel Scioli en 2015–.

¿Hasta dónde llegará la caída de Macri y el crecimiento de Cristina? Misterio, el reino de la incertidumbre, pero si es claro que por afuera del dispositivo electoral que diseña la polarización no queda nada electoralmente activo.

El último conejo muerto que salió de la galera de la tercera vía fue Roberto Lavagna cuya candidatura duró menos que las habituales vacaciones del Presidente, lapsos de esparcimiento y solaz cuyo punto más preocupante no es su extensión, sino que en algún momento termina y (¡ay!) y llega el temido “Macri Vuelve”.

*Director de Consultora Equis.