Es probable que la piñata con la que se cierran los cumpleaños para chicos sea una muestra de lo que les espera en la edad adulta dentro del capitalismo.
En nuestro país, desde hace años muere mucha gente asesinada por la pobreza, la negligencia y la inoperancia de los políticos y de los ciudadanos. Para muchos la pobreza es una aniquilación solitaria e individual, como el tenis.
Por otra parte, el convencimiento de que todavía hay esperanzas es uno de los trucos más famosos y conocidos del capital para mantener en el molde a la gente. La esperanza y el miedo.
Mark Fisher, en su extraordinario libro Realismo capitalista, con fuerte influencia de Slavoj Zizek, compara la capacidad de metabolizarse del capitalismo con “la cosa” de la película homónima del maestro John Carpenter: “Es una entidad infinitamente plástica, capaz de metabolizar y absorber cualquier objeto con el que tome contacto”.
Jorge Lanata, uno de los voceros de prensa del capitalismo, hizo una causa personal de la desaparición de Santiago Maldonado. Cree que es una operación K para perjudicar al gobierno de Mauricio Macri. Lanata se muestra como un hombre de izquierda que pelea por una derecha digna. Si se levantara Antonio Gramsci de la tumba, seguramente le pegaría un coscorrón con el fémur.
Pero lo de Lanata puede tener otro sentido: tal vez simplemente esté haciendo de enemigo, para que se le opongan, ya que el capitalismo necesita mostrarse anticapitalista para poder funcionar mejor.
Es curioso que a la vuelta de tu casa haya gente durmiendo, comiendo y cagando en la calle y que hasta que no los desaparezca gendarmería nadie haga nada para evitarlo. ¿Por qué? Porque son invisibles y no los vemos. Aparición con vida de Maldonado, sí. Pero que no sea un recurso para descargarse del patovica de la culpa y acto seguido enfrascarnos a mirar la temporada completa de nuestra serie predilecta.