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Defensor de los Lectores

Mayo de 1810, periodismo local y mensajero a la prensa europea

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Matías de Irigoyen. Primer vocero-embajador de la Junta nacida el 25 de mayo de 1810. | cedoc

Esta columna está dedicada, como norma, a puntualizar aspectos del contenido de PERFIL, procurando siempre proponer una mayor calidad en lo que se entrega cada sábado y domingo a los lectores. Esa es una de las funciones de este ombudsman: marcar errores, aciertos, congruencia, equilibrio en los materiales que publica este diario. En otros textos, la idea es poner el énfasis en lo que medios y periodistas, comunicadores y animadores de televisión y de radio, hacen con sus espacios a favor de una mejor información para sus audiencias o en contra de lo que indican preceptos esenciales de la ética profesional y el buen ejercicio del periodismo.

Hoy será una columna diferente en su contenido e intención: la idea es acercar a los lectores algunos aspectos poco conocidos sobre lo que el periodismo publicaba aquí y en Europa durante los primeros años del siglo XIX, en particular con relación a las jornadas de mayo de 1810. Hay algunos hechos que se traen a la memoria en la escuela y otros que quedan, por acción u omisión, bajo un manto de olvido. 

Verónica Zabala, integrante del Departamento de Sociedad de la Universidad Nacional de Cuyo, publicó en septiembre de 2005 un interesante trabajo sobre aquellos primeros tiempos de la prensa local, incluyendo hojas informativas y difusoras de ideas en el interior de lo que por entonces aún no se llamaba Argentina. “Buenos Aires acunó el primer periódico: Telégrafo mercantil, rural, político-económico e historiográfico del Río de la Plata, iniciativa de un abogado y militar: Francisco Antonio Cabello Mesa –señala el trabajo de Zabala–. El primer número se publicó el 1° de abril de 1801. Después de un año de publicación, se suspendió por orden del Virrey”. 

En ese breve lapso, publicó varias piezas periodísticas Manuel Belgrano, un pionero en la materia. El cierre del Telégrafo tuvo origen en la molestia que provocaban algunos textos de Belgrano. Hipólito Vieytes fundó en 1802 el Semanario de Agricultura, en el que Belgrano también ejercitó su prosa periodística. 

Es interesante esto: ninguno de los dos medios indicaba desde sus nombres que el contenido excedía lo mercantil o agrícola y a menudo contenía inquietantes ideas llegadas desde Europa. En aquellos tumultuosos años (tumultuosos por las bullentes ideas de libertad) se difundían panfletos orientados a crear en la población un estado prerrevolucionario. 

La creación de La Gazeta de Buenos Ayres por Mariano Moreno –cuyo primer número apareció el 7 de junio–, dos semanas después de la jornada que creó una nueva junta de gobierno para estas tierras, sin abjurar aún del poder monárquico de Fernando VII, pero abriendo el camino a la futura independencia. 

¿Cómo hacer que la nueva situación llegara a conocimiento de Europa? No por la prensa, sino por un enviado de la Junta a Londres, Matías de Irigoyen, quien ofició de vocero del nuevo gobierno y promotor de sus intenciones. De Irigoyen llegó a la ciudad inglesa el 6 de agosto, y de inmediato tomó contacto con las autoridades locales. 

La prensa inglesa registró esas gestiones puntualizando el carácter independentista contenido en las palabras de De Irigoyen. La primera noticia apareció en The Times el 7 de agosto y luego fue reproducida por The Morning Herald y la revista The Monthly Magazine. 

De Londres, las publicaciones inglesas saltaron a Francia, donde las difundió Journal de l’Empire y Mercure, medio éste que revela lo medular del flamante gobierno patrio: “El espíritu de independencia se manifiesta y se propaga de más en más en aquellas comarcas”.